mayo 02, 2011

APUNTES SOBRE EL PERIODISMO TRUJILLANO VII

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ESPECIAL PARA “EL TIEMPO”


En el mes de Diciembre apareció en Valera La Opinión “Semanario Político” editado en los talleres de la Tipografía del Centro Industrial y bajo la Dirección de Pompeyo A. Oliva, Redacción de Wenseslao Martínez Aldana, doctor J. Amando Mejía y Br. Jesús Briceño Casas. Colaboradores, anotados, doctor Francisco Sánchez, Gustavo García, Julio A Troconis, doctor Henrique Barrios, General Camilo Vetencourt, Miguel Ordóñez, Diego Salinas, Rodulfo Terán, General Benigno Araujo, doctor M. de J. Carrasquero, doctor P.E. Febres Cordero, J. R. Gallegos, doctor R. Jiménez Chirinos, Br. A. Briceño Valero, Marco A. Ibarra, Ernesto Spinetti, Br. Rafael Barroeta, Br. Anselmo Escalona, Luis F. Tagliaferro y Coronel Abraham Célis.

Presentaba como editorial el lema: “Candidato para la Presidencia Constitucional de la República durante el período 1910 a 1914 el General Juan Vicente Gómez y para la Presidencia Constitucional del Estado el General Víctor Manuel Baptista”.

Su fondo fué estrictamente en defensa de la Rehabilitación y las noticias y comentarios que publicaba escuetamente perseguían ese fin determinado. En estas páginas leemos cartas de reconocimiento, de humillación politiquera y de elogios descabellados, así como los “pronunciamientos” de los Distritos por la Candidatura del Benemérito.

El número 3 es del 10 de Enero de 1910. El 7, del 29 del mismo mes y el 11 del 26 de Febrero.

No sabemos la fecha en que apareció El Soldado, de Jajó, pero para el 12 de Marzo de 1910 circuló el numero 12. Era un “periódico de Intereses Generales” en formato octavo, con ocho páginas, bajo la Dirección de J. Santos González y Administración de Esteban Añez.

Abogaba porque la Administración redujese gastos “innecesarios por el sostenimiento de guarniciones inútiles acantonadas en diferentes lugares del Estado”, así como por la creación de escuelas y mejor remuneración para los educadores. Las noticias de cariz político no estuvieron ausentes del periódico en ningún momento, pues en sus páginas las encontramos mezcladas con hirientes críticas.

La sección de Noticias era servida por los corresponsales que la enviaban en cartas, cuyo contenido total era publicado con reverencias y saludos rigorosos. Para las familias había una sección de poemas.

A mediados de marzo de 1910 se trasladó El Soldado a la Quebrada, pero no se desvinculó de aquel medio y las informaciones de allá eran frecuentes, con agrias críticas. Se nota con mucha obediencia a los señores de la comarca y sin salirse del medio de una política humillatoria, El Soldado en ciertos comentarios hace citas duras, aduciendo que “la experiencia ha demostrado que del compadrazco se derivan males de los que no es menor el que arriba citamos (el crimen)”.

Reprodujo “Estudios Sociales y la Religión y el Hogar” por Domingo Call y tenía también mucha información sobre los canjes y la aparición de periódicos en los pueblos trujillanos. Publicaba nóminas de personalidades de la región que prestaban colaboración en diferentes asuntos benéficos. Estas listas eran frecuentes, ya con respecto a la iglesia, la Cas Cural, para arreglar alguna calle o para hacer un convite. La política trujillana estuvo representada en El Soldado por una constante alusión a pasados gobiernos y a procederes “incautos” de algunos de los hijos del Distrito. Esta en un reflejo fidedigno del desenvolvimiento táctico del vocero. A veces encontramos reproducciones de El Fonógrafo de Maracaibo y de El Deber de Trujillo.

Los mensajes del Presidente del Estado aparecían en el periódico en hojas sueltas que se intitulaban “Alcance a El Soldado Nº 18” por ejemplo. En el número 19, del 19 de Abril de 1911, aparece el Himno del Estado, y una referencia sobre su gran contenido patriótico, a la vez que artículos sobre la necesidad de prolongar el ferrocarril de La Ceiba hasta Valera, contradiciendo los que habían publicado en Trujillo un folleto contra la solicitud de un grueso sector de la sociedad regional.

Para 1910la situación es bonancible en cuanto a órganos de prensa. En primer lugar aparece El Pensil en Betijoque, redactado por las señoritas Emma Dubuc Arias y Nieves Díaz. Con motivo de la celebración de la magna fecha de la Independencia hizo un certamen sobre el tema “Inteligencia, Modestia y Gracia” para una elección entre las damas betijoqueñas.

“El lauro triunfal consistía en ser distinguidas con el título de Reina y Princesa del Centenario en Betijoque, las fortunazas agraciadas con el número mayor de votos en cada una de las tres condiciones propuestas”. La coronación de la reina y recepción de su corte debía verificarse en un acto solemne que constituiría uno de los números festivos del programa general. La junta para adjudicar los premios estaba constituida por el doctor F. Guerreo F., Br. Manuel A. Cardozo y José Manuel Castellano.

No más información hemos recabado sobre este interesante vocero que debe haber tenido una larga vida porque en los canjes de otros periódicos encontramos la mención.

El 16 de Junio apareció en Trujillo un “semanario político noticioso y de avisos” que dirigía y administraba Manuel F. Mendoza. Su valor al pregón era de un centavo, pero por suscripción quincenal debía pagarse un real.


Tuvo un número muy limitado de colaboradores El Decembrista, una que otra poesía de su Director y algunas notas no frecuentes de José Ruperto Venegas. Se trataba de un periódico llamado a defender a capa y espada la plataforma política del General Juan Vicente Gómez, al cual elogiaba mucho, sin fijar mucha posición con respecto a las autoridades estatales.

En El Decembrista aparecen secciones como Lecciones de Lenguaje Español, Tarifa de Papel Sellado del Estado para recibos, Tarifa de Estampillas, etc. En la información de la ciudad, que por cierto era muy escasa, nos encontramos con una nota sobre el Teatro en Trujillo: “Con la representación de Don Juan Tenorio, terminó su temporada en esta ciudad la compañía que con tanto éxito dirige el señor Pablo Unda. Leemos. “El público trujillano quedó satisfecho de los artistas y nosotros le deseamos mucha felicidad en su gira de bohemios”.

El Decembrista se editaba en la Imprenta Centenario, de la cual insertaba un aviso del siguiente tenor:

“La Imprenta Centenario hace toda clase de trabajos para gueltos gibelinos, porque no reconoce ningún partido político: quiere ser independiente para poder complacer a romanos y cartagineses; no quiere afiliarse a ningún partido, para poder ser útil a todo los trujillanos; y, últimamente no se mete en camisas de once varas, para poderle coger las lochas a griegos y troyanos”.

El 30 de Junio de este año desapareció El Decembrista, cuando apenas habían circulado tres números.

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Rafael Ramón Castellanos

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