mayo 02, 2011

APUNTES SOBRE EL PERIODISMO TRUJILLANO XXXII

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Especial para “El Tiempo” de Valera.-


Insistimos en la existencia de El Timonero y en cuanto escribimos en 1956 cuando pensábamos en la publicación de la relación general del periodismo regional y apenas llegamos a publicar la Historia del Periodismo Trujillano en el siglo XIX (Caracas, 1957, primera edición y Caracas, 1958 segunda), así como Anales del Periodismo Venezolano. Estado Trujillo (Asunción, Paraguay, 1960).

A este respecto decíamos que El Timonero dio temple a nuevas fuentes culturales; la poesía moderna aparece en él rompiendo el velo de un movimiento con muchas décadas de romanticismo, perdiendo clientes del poema, pero haciendo época, moldeando lo de hoy.

El Timonero dio cabida cartas interesantes y a artículos sonados. La polémica creció en sus páginas y la fuerza de la pluma desquebrajó el encono del medio gamonalista. El 11 de septiembre de 1938 es recogida por la policía la edición correspondiente al número 359. Allí se publicaban dos artículos sobre elecciones, firmados con las firmas Elbano A. Pardi y Tuto Castillo, respectivamente. Era la batalla del periodista y el censor, al lado de la seguridad pública, del pueblo y el mandatario de turno. A este respeto leemos después las protestas, firmes, autorizadas y ardientes.


Las crónicas llegadas de lejos son variadas, Manuel Flores Cabrera escribe a la altura de un valor periodístico muy humano y muy hinchado por el destierro y la cárcel gomecistas.

Los nuevos poetas surgen con Herman Rosales y Orlando Aquiles, pero es Eusebio Baptista el protagonista revolucionario de la poesía. Leamos dos creaciones suyas sin más arte que la soltura y el encuentro con los problemas boconeses.

“Letra para una polka que encontrará Juan Bimba, seguramente con el cuatro entre las manos, la orfandad en los bolsillos y vacío en el estómago



Las lágrimas del pueblo
se van, se van, se van
Dios mío, que misterio!
Donde se esconderán?

Las mil garras del amo
están, están, están
estrangulando el alma
del irredento Juan.

Qué pena! Cuan distintas
del vine, ví y vencí
son estas realidades
Que estoy cantando aquí.

Su alteza la miseria
junto a la enfermedad,
pasean en silencio
por entre la ciudad.

Pregúntale al obrero
por burla Cómo está?
y el pobre, cabizbajo
no te contestará.

Muéstrale al campesino
las letras A, B, C,
las mirará y entonces
contestará: no sé.

Millones de hipotecas
Irán, irán, irán,
miserias fomentando
y consumiendo el pan.

Silencio, Mercachifles,
las lágrimas de Juan,
brotando de sus ojos
se van, se van, se van”


“Ideas Tontas”
La Teta de Niquitao

Una tarde por vaga y juguetona
dejó el pecho olvidado la amazona.

Mitium

Campos donde surgidos de ultratumba,
se vió a Caín y a Abel en la penumbra.


El Cementerio Viejo

Le pusieron casaca mal planchada
y la rompió con actitud malcriada.


El Río

Cuenta que su vecino cierta vez
le enseñó el arte del lamer los pies.


Escuelas de Jefes Civiles

Ya sin la carabina y el machete
aprenderá a mandar No Pernalete.


Nuestro Campesino

Tanto lo exprimen que por fin revienta
este pobre hijo de La Cenicienta.


La Iglesia Matriz

Cuando nací, Dios mío, así así ví
y así la ví también cuando morí.


La Loma

Era un oso gigante que una noche de estío
se durmió contemplando los cristales del río.



Quine conozca de Boconó unas cuantas de aquellas calamidades de entonces, quien haya analizado con detenimiento el vuelco social que causó el periodismo de combate en esos años, no dejará de reír y saborear con gusto estos poemas de Eusebio Baptista.

El Timonero desapareció el 24 de mayo de 1941, pero dejó huella perenne. Para acercar el espíritu a la comprensión del niño y a esculpir el sentido pedagógico, dedicó durante mucho tiempo una página a reproducir máximas y artículos del maestro argentino Constantino C. Vigil. Jbdp.-


1929

El 31 de julio de este año empezó a circular en Pampán un órgano de prensa mensual titulado Plenilunio, dirigido por María Ernestina Segnini, en tamaño octavo con cuatro páginas, editado en los talleres de la Imprenta El Iris.

Plenilunio haciendo gala de su gran nombre poético fué asiento de producciones líricas muy atractivas, de apasionadas crónicas románticas, de material de crítica literaria, de informaciones de otros pueblos y “Ecos Generales”. Más muchos avisos de Escuque, Boconó, Valera y Pampán.

En los pocos números que tenemos a la vista encontramos que en Plenilunio colaboraron Manuel Mendoza, desde Trujillo, Emma Dubuc Arias desde Betijoque, L. H. Segnini, R. Octavio Azuaje desde Maracaibo, L. H. Segnini.

Algunos colaboraron con seudónimos, conociendo nosotros que María Ernestina Segnini escribía con el seudonombre de Irene Sydney. De poetas extranjeros de gran prestigio en Plenilunio notamos buenas colaboraciones.

El último que conocemos es del 9 de abril de fecha 31 de marzo de 1930.


1930

El Automóvil es el nombre de un pequeño vocero – formado treinta y dos – aparecido en Pampán en este año dedicado a los choferes y como órgano de propaganda, dirigido por Juancho Fer seudónimo del tan meritorio periodista Fernando Segnini Lupi.

Aparecía con cuatro y hasta seis páginas con destacados avisos del HOTEL VENECIA en Valera y de la IMPRENTA “EL IRIS” en Pampán. A más publicaba las Distancias en la Carretera Trasandina, Carretera de la costa, de Barquisimeto a Caracas y un aviso de otro HOTEL “VENECIA” atendido en Pampán por Fernando Segnini y familia.

Algunos números aparecieron en papel satinado de lujo y todos tenían en la parte superior de la primera página a la derecha del nombre un dibujo de un viejo automóvil.

Sus condiciones eran “Sale a toda hora, llevando de pasajeros los brotes del pensamiento y el equipaje de propaganda a favor del HOTEL VENECIA y de la IMPRENTA de EL IRIS.- Viaje gratis para nuestros clientes”.

Hay mucho de jocoso en este vocero a pesar de sus consejos a los choferes y de las tantas notas sobre las carreteras venezolanas. Encontramos un número en papel azul claro que tiene Fecha de Hoy – Nº. 10. Por esta razón nos es muy difícil precisar cuántos números aparecieron. El número 22 tiene “fecha de hoy”. Son anteriores o posteriores los demás.


1931

El 1º de septiembre de este año empezó a circular en Pampán un pequeño periódico de cuatro páginas en treinta y dos avo. Se anunciaba como órgano ocasional y tiene un nombre sugestivo, Lirios.

Sus redactores fueron Alirio del Valle y Amando Flores, seudónimos de Ildegar Pérez Segnini y Luis Quevedo Segnini, respectivamente.

Entre los colaboradores que no ocultaron el nombre con seudónimo estuvo Fernando S. Segnini, con una “Leyenda” dedicada a Judith.

Muy romántico Lirios, desde su página editorial intitulada “Portada”, hasta la poética con unos “Cantares” de Alirio del Valle. La Crónica es razonada, breve y concisa.

No tiene pie de imprenta, pero no cabe duda que se editaba en la Imprenta “El Iris” de Fernando Segnini Lupi. Conocemos únicamente el número reseñado.

El 14 de agosto de este año apareció en Trujillo el primer número de El Rehabilitador dirigido y administrado por Julio Antonio Matos, en 40. con cuatro y ocho páginas una y otra vez.

Sus colaboradores fueron casi siempre en los primeros meses los colaboradores de la Administración Pública, desde el Secretario General. El 7 de febrero de 1932 apareció vestido de gala con ocho páginas a color azul como “edición extraordinaria consagrada a la memoria venerada del Gran Benefactor trujillano Juan Bautista Carrillo Guerra, en el Centenario de su nacimiento”. En un remarco bajo el nombre del vocero leemos “Juan Bautista Carrillo Guerra sirvió bien a la Patria, y su nombre ha quedado como el de un distinguido benefactor, fué buen cristiano y amó a Venezuela como fiel hijo a su noble madre. Descanse en paz – Dr. Juan Bautista Castro, Arzobispo de Venezuela.

Este número es muy significativo, tiene un amplio retrato de Juan Bautista Carrillo Guerra, su biografía escrita por el doctor Amílcar Fonseca. Homenajes a su memoria por E. Álvarez de Lugo, Isolina P. de Almarza, Claudio Llavaneras, A. Baptista Quevedo, D. Martínez Quevedo, P. E. Febres Cordero, T. Valera Martínez, Víctor A. García, José Domingo Urrecheaga, Juan A. Martínez, José Rafael Almarza, José R. Bencomo S. Joaquín Delgado y D. Braschi Cazorla.

Con selectas poesías colaboraron Manuel Mendoza, Pedro Santini Ordóñez, Armando Núñez C., R. A. Guerra Quevedo, Joaquín Cegarra, Pedro Pablo Maldonado, y un soneto suscrito por “La Escuela SUCRE de Niñas”.

A partir del número 155 pasa a ser El Rehabilitador “trisemanario de intereses generales” dirigido y administrado por Juan Antonio Matos, redactado por H. Unda Chuecos y con oficinas en la Calle Bolívar Nº 26.

Sus secciones pueden resumirse: Editoriales – Aspectos del Cambio – Noticias de Caracas – Noticias del Exterior – Noticias Telegráficas y Cablegráficas – Notas Sociales – A través del País – Ecos, Notas y Noticias – Haz de Noticias.

En varios números apareció un estudio intitulado “La crisis económica mundial, sus causas. Desproporción entre producción y consumo. Las deudas de la Guerra” por Juan Ventura y Clavell.

El Rehabilitador hizo reproducciones breves o citas de Nosotros, Trujillo, Patria, Mérida, La Voz de Valera, Valera, El Impulso, Caracas, El Universo, Caracas, El Luchador, Ciudad Bolívar, Fantoches, Caracas, El País, Maracaibo, Voz de Portuguesa, Guaneare, Truxillo, Trujillo.

El Rehabilitador es un periódico que fué desde el apasionamiento político extremadamente servil hasta la misión corpulenta de la independencia histórico – literaria. En sus páginas son frecuentes las colaboraciones poéticas de Pedro Pablo Maldonado, Rafael Ángel Barroeta y A. Baptista Quevedo con selectos e inspiradores sonetos. También figuran en este aspecto Fernando Segnini, Pedro María Patrizzi, Hernán Rosales, Armando Núñez C., José María Rueda, D. Sardi Lupi, Víctor A. García, Manuel C. Arrollo, Rolando Anzola, Andrés Eloy Blanco, Víctor Braschi C., C. Crecentu Castillo, José Santos Morán. Reproducciones de Ismael Enrique Arciniegas, Rosario Sansores, José Santos Chocano, Luisa del Valle Silva. Poemas modernistas de Edda M. Arriaga, Hugo Unda Briceño.

En lo literario, en la investigación histórica, en los juicios sobre libros, en lo nativista se mezclan en El Rehabilitador colaboraciones de Camilo Jiménez, J. E. González M., Carlos Borges, E. Moreno hijo, Emilio Menotti Spósito, Cesar Gustavo Córdoba, Tulio Febres Cordero, Nemesio García Naranjo, R. Dimas Blanco, Juan José Chuecos, Fernando S. Segnini, Silvio A. Villegas, A. Muller jr., Manuel C. Arrollo, Luis Venegas Perdomo, José Luis Andrade hijo, J. M. Rosales Aranguren, Juan Meléndez, Samuel Barreto Peña, Eloy G. González, Franz Conde Jhan, Gabriel Espinoza, Lino Sutil, S. Joaquín Delgado, Ana H. Bello de Tejera, D. Medina Caballero Salvator, Casto Fulgencio López, A. Lomelli Rosario, Oscar Briceño C., R. D. Silva Uzcateguiii, F. Sader Guerra, Luis E. Peña V., Antonio Castellanos, R. Hernández Rodríguez, Cecilio Zubillaga Perera, Cristóbal Benítez, R. Arreaza Pino, Pedro Santini Ordóñez, F. Rubén Zamora, A. Nicolás Briceño, Bernabé López Rodríguez.

Los editoriales de El Rehabilitador implican un estudio, pues aunque unos llenaron un formulismo en la mayoría de los casos entraron en la investigación, allanaron problemas insípidos de la política a la que servía el periódico y sus directivos y moldearon fuertes y artísticas bases sociológicas, históricas, de economía y de enjuiciamiento literario.

Luis Alfredo Colomine como reseñador de actos cabe el honor de destacarse. Por otra parte en su trabajo “Por tierras de Trujillo” hace buena prosa, aunque adherida injustamente al político de turno en la Presidencia del Estado.

En poesía El Rehabilitador publicó en folletín “Las Mujeres del Evangelio”. También comúnmente la lista de precios de los artículos de primera necesidad. Alusiones y Decretos y colaboraciones informativas de los corresponsales de Escuque; Carrasquero C., en Santana: Castellanos, en Sabana de Mendoza: M. Montero, en Valera: Matheus, en Pampán: José Benito Escalona.

A partir del número 211 dejó de figurar como redactor Hugo Unda Briceño y pasó a serlo Rafael Ángel Barroeta. Aparecieron entonces las secciones Leyendo el Cable y Diario de los Tribunales.

En febrero de 1933 y a partir del número 227 se separó como Director – Administrador Juan Antonio Matos, ascendiendo a Rafael Ángel Barroeta al cargo pero este como Director – Redactor, quedando la Administración en manos de S. Joaquín Delgado. Pero Barroeta enfermó y tuvo que abandonar el cargo casi inmediatamente y partir del Nº 231 asume la Dirección – Redacción: S. Perdomo Campos.

Los directivos de El Rehabilitador hojearon con bastante interés las páginas de muchos periódicos extranjeros de los cuales “imitaron” lo más loable, lo de periodismo de técnicas perfeccionadas.

Son cosas de forzada lectura en el periódico, que empezó a ser semanario de nuevo desde el 11 de febrero de 1933, “La Canción del Hombre fuerte” de César Gustavo Córdova, “Tradiciones Populares” por el Pbro. J. M. Guevara Carrera y “35 Sonetos”, estudio bibliográfico de Humberto Spinetti sobre el libro de Pedro María Patrizzi.

De cuando en vez El Rehabilitador publicó fotografías, siendo las más frecuentes la del General Gómez. Otra cosa peculiar en estas páginas es los remitidos para agradecer a alguno que otro santos los favores recibidos.

Los artículos verdaderamente significativos de Tulio Febres Cordero que aparecieron en las páginas de este semanario son muchos, pudiéndose decir que bien formarían un volumen.

El Rehabilitador instauró un concurso para elegir Señorita Trujillo. El Jurado estaba integrado por Pedro P. Febres Cordero, Dr. C. González Mitre, Dr. Julián Rodríguez Jiménez, Br. Francisco Blanco Peñalver, Dr. R. Pérez Rueda, Dr. Gealo Parillo y Rafael Ramón Rodríguez.

Una sección más nueva fué “De Todo un poco”: literatura firme, pegajosa y atractiva en breves trozos, tomada de artículos y libros de connotados nativistas venezolanos.

A veces alguien dedicaba algún trabajo a Leoncio Martínez, el gran maestro del periodismo en Fantoches y a Francisco Pimentel, el célebre irónico redactor de Pitorreos. La colaboración jurídica del doctor Francisco J. Parra es muy elocuente y con sabor a sistemático estudio de superación.

Quien se ocultó bajo es seudo nombre de “El Barón del Desierto” escribió algunos cuentos criollos para El Rehabilitador, así como José M. Páez Paredes.

En el Nº 280 del 10 de febrero de 1934 encontramos un artículo sobre “Bolívar y las Mujeres, un amor ignorado” por Simón Latino.

Otro folletín del periódico fué la novela “Urupagua” de Agustín García. Premiada en el Concurso que había promovido El Nuevo Diario de Caracas.

Los artículos sobre la economía venezolana, sus problemas y sus relaciones con el futuro del país tienen en El Rehabilitador magnífico alcance.

En el número 332 del 24 de noviembre de 1934 está un artículo de Tulio Febres Cordero intitulado “Instalación del Colegio de Trujillo en 1834”.

En este periódico tomó mucho ambiente el sonado caso del célebre rapto del niño Lindberth y también el de la sentencia de la espía Mata Hari, así como la defensa del raptor del aludido niño Lindberth: Haupmann.

En la cuentística son mucha las producciones que leemos: algunas con la proyección de influencias extranjeras, casi siempre francesas, otros estrictamente regionales y lo menos, que no fueron pocos, con el sabor nacional de la época robusta. “Chimó” de Arturo Corce es un ejemplo.

En varios números leemos algunas nóminas de los agricultores “que no han reclamado el subsidio que le corresponde en el reparto de los Diez Millones”. Así mismo, por partes, el inventario general de las obras y muebles existentes en la Biblioteca “24 de julio”.

También El Rehabilitador dedicó un homenaje a Monseñor Carrillo en el quincuagésimo año de sacerdocio, con colaboraciones de S. Joaquín Delgado y Víctor Braschi Cazorla.

El Rehabilitador desató fuertes críticas contra el periódico Comercio Valerano que publicó en su número 14 de fechas 13 de julio de 1935 algunos comentarios que en nada agradaron a los directivos de este órgano de prensa.

Oscar Briceño C. utilizó las páginas de El Rehabilitador para manifestar sus puntos de vista sobre la agricultura y lo pecuario en nuestro Estado y para ofrecer a los interesados valiosos juicios sobre las maneras de nacer mejores logros en tales empresas. El doctor Edmundo Chaumer colaboró en varios números con un extenso artículo intitulado “Soy un Sifilítico?”.

Mucha información dió este semanario con respecto al conflicto italo – etíope. Otro de sus folletines fué entonces “El Capitán Veneno” de Pedro A. de Alarcón.

El doctor Pedro Emilio Carrillo manifestó sus idóneos pareceres en este periódico con respecto a algunos aspectos de la cirugía que era necesario difundir y que él lo hizo magistralmente en sendos valiosos artículos.

El doctor M. A. Palma Labastida y Mario Briceño Iragorry abundaron en artículos juiciosos de índole jurídica.

Humberto Rumbos publicó en El Rehabilitador sus primeros cuentos. El doctor T. Briceño Maaz valiosos juicios médicos. En varios números apareció un “Extracto para unas lecciones de Principios Generales de Derecho”, sin firma.

El último folletín de El Rehabilitador fué la “Herencia Maldita” que venía publicándose en el Suplemento Diario del periódico y que siguió publicando en el Suplemento Diario de Voz de Trujillo.

Después de la muerte de General Gómez la vida de El Rehabilitador no tuvo razón de ser y entonces el 21 de diciembre de 1935 se despidió formalmente del estrado periodístico trujillano para darle paso a otro órgano de prensa que solo fué nuevo en el nombre: Voz de Trujillo. Habían circulado 377 números.

En este año empezó a circular una revista vigorosa y muy interesante en Trujillo, intitulada Truxillo, dirigida y redactada por los doctores M. A. Palma Labastida, Abel Mejía y Emilio Carrillo y Administrada por Víctor Valera Martínez.

Editada en la Tipografía América, Truxillo aparecía con 40 páginas en tamaño diez y seis avo y con una numeración corrida. Es una publicación muy importante porque refleja el interés por las ciencias médicas, sociales, jurídicas y agropecuarias de los hombres nuevos en el periodismo trujillano.

Truxillo está dividida en secciones meritorisimas calzadas por firmas bastante duchas en las materias. El volumen de agosto – septiembre, correspondiente a 2 y 3 números tiene colaboraciones de inspirado criterio de los doctores José María Baptista, Abel Mejía y J. M. Rosales Aranguren, C. González Mota. Así mismo de Laudelino Mejías, J. Gabaldón Márquez, Víctor Valera Martínez, R. A. Pernalete, Miranda Campos, Anastacia Mirabel.

Es muy interesante y ha sido reseñado en índices bibliográficos el artículo aparecido en este número del doctor M. A. Palma Labastida intitulado
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Truxillo es una revista muy bien editada, selectamente impuesta y con unos avisos muy acomodados y ampliamente ordenados.

El 15 de mayo de 1931 empezó a circular en Trujillo la revista “Promesas”, editada en los talleres de la Tipografía América de José Eliseo Rosario, con diez y hasta veinte páginas, teniendo siempre en la portada vistas panorámicas o aspectos ornamentales de la ciudad o pueblos vecinos, y a veces fotografías de figuras trujillanas de la política, las milicias y las letras, como también del General Juan Vicente Gómez.

En formato diez y seis aparecieron todos los números, era una “revista quincenal literaria”. En el número inicial, la portada es “Panorámica de la ciudad de Trujillo, “Cuna y sepulcro de la guerra a muerte”.

Fueron sus Directores – Redactores, Manuel F. Mendoza y Pedro Santini Ordóñez. Con esta publicación arribó el Bachiller Mendoza a sus cuarenta años de lucha periodística, y con ella también a su ausencia de las columnas directivas de la prensa trujillana, pues se dedicó categóricamente a la enseñanza, tarea que había emprendido veinte años antes. En esta faena se alejó de Trujillo y un reguero de pueblos supieron de su espiritualidad y su abnegación: San Lázaro, Santiago, La Plazuela, Caraballeda, Naiquatá, Maracay, hasta que ahora, con una mísera jubilación y con una lucidez ajena a sus ochenta y cinco años, está viviendo casi olvidado de todos en las confundidas rutas metropolitanas.

Larga fila de colaboradores tuvo “Promesas”. Unos con el verso, otros con la señera prosa poética, algunos adentrados en las investigaciones históricas, unos en ciencias finas, los menos en el esbozo periodístico. Ellos fueron el doctor Penzini Hernández, Carlos Alberto Herrera (Teniente), Joaquín Cegarra, Dr. Alfredo Carrillo, E. Álvarez de Lugo, Pedro Pablo Maldonado, R. A Guerra Quevedez, Pbro. Ernesto de Jesús Méndez, Pbro. J. E. González, Marco Tulio Páez, Dr. J. N. Rivas, Blas Ignacio Chuecos, Samuel Barreto Peña, A. Baptista Quevedo, Dr. Silvio A. Villegas, Rafael Ángel Barroeta, Luis Valera Hurtado, Valeriano Diez y Riega, Hilarión Hernández, A. Sánchez Vivas, V. A. García, Jesús María Bencomo (Jes Mar Ben) F. Guerrero F. Rómulo Sánchez, F. Segnini L., Víctor A. García, Pedro Santini Ordóñez, Dr. Francisco José Sánchez, R. A. Olmos Contreras, Salvador Peña, Hilarión Matheus R. Cifuentes Labastida, Guillermo Valera, Laura Chacín, Dr. Julio Vivas López, Nicolás León, Pbro. Ernesto de Jesús Méndez, Valdemar Carrasquero S., Edda M. Arriaga, Manuel F. Mendoza (Ruedelabola – Aquiles A. Prieto, Amador, M. M., Máximo Mirón), Amando Núñez C., Francisco de Paula Páez, J. M. Rosales Aranguren, Paquita Guerrero, Francisco Cuenca Nava, Lorenzo Valero, Hernán Rosales, Manuel Febres Cordero, Gregorio Trillos, Lucas S. Mendoza, E. Núñez Méndez, V. M. Valeramartinez, J. M. Andara Olivar, Claudio Llavaneras, J. M. Llavaneras Carrillo, Josefa Valecillo Briceño y Julio Sánchez Vivas.

Desde el número primogénito “Promesas” dió cabida a un trabajo del doctor Ramón Briceño Perozo intitulado “Lecciones de Elementos de Análisis Químico Mineral”, obra de mucha aceptación y muy bien delineada.

En las páginas de esta revista encontramos sendas fotografías: El General Emilio Rivas, Mario Briceño Iragorry, Luis Valera Hurtado, Paquita Guerrero, a quien le tributaron un caluroso homenaje en uno de los números donde publicaron un cuento escrito por ella especialmente para “Promesas”, Juan Francisco Bustillos Coronel Pablo Izaguirre, Eleazar León S., General Juan Vicente Gómez, etc.

Tradición e historia en esta revista tienen buena cosecha. Discursos de filantrópico sentido social y de ajustada celebración, genuina representación de una época y de una pasión. Es nombrado con énfasis el “Romance a la ciudad vieja” de Samuel Barreto Peña, dedicado a Don Tulio Febres Cordero.

En varios capítulos encontramos una especie de ensayo novelado: “DE RETROCESO.. o UNA VIDA PERDIDA – muequiando a Remarque”, por Antonio Quintero García.

Una sección brillante en Promesas fue “ORO ANTIGUO” con colaboraciones extraídas de viejos periódicos o de producciones inéditas de Wenceslao Martínez Aldana, Julio H. Sánchez con un poema “Una Tarde”, José Domingo Tejera con “Humorismo Atávico”, Dr. Juan Francisco Bustillos con “Huérfana”, Inocente de J. Quevedo con “Tinieblas”.

Otra sección breve en el tiempo fué “Cartas de Lirismo y Amistad, de caluroso arte y de emotivos juicios.

Es alentador un trabajo sobre Pedro María Parra y su tendencia novelística criollista que le mereció elogios sumados a constructivas críticas de sus obras.

En 1931 el General Eleazar López Contreras envió una colaboración económica para contribuir al sostenimiento de la revista. Esta fué aceptada con emocionadas palabras y con augurios muy precisos en la carrera del militar.

Leemos también en Promesas una valiosa carta de Pedro María Parra llena de opiniones sin arbitrariedad crítica y con desenvoltura patética.

Promesas como obra de Manuel Mendoza y Pedro Santini Ordóñez desapareció el 31 de diciembre de 1931, habían circulado 16 números.


1933

Por Resolución del 3 de enero de 1933 el Ejecutivo del Estado Trujillo acordó que del “Capitulo “Imprenta del Estado” que figura en la Ley del Presupuesto vigente, se pague al ciudadano Julio Antonio Matos, la suma de CUATROCIENTOS BOLIVARES mensuales, por suscripciones al periódico local “El Rehabilitador” y como corrector de pruebas oficiales en la mencionada Imprenta”.

Esta resolución está firmada por Pedro P. Febres Cordero como Encargado de la Secretaría General, aparecida en la página 175 de la “MEMORIA Y CUENTA CORRESPONDIENTE AL AÑO CIVIL DE 1933, QUE EL CIUDADANO DOCTRO HILARION NUÑEZ, SECRETARIO GENERAL DE GOBIERNO DEL ESTADO TRUJILLO, PRESENTA A LA ASAMBLEA LEGISLATIVA DEL MISMO ESTADO EN SU REUNION CONSTITUCIONAL DE1934 TRUJILLO – VENEZUELA”.


1934

El 24 de marzo de este año apareció el primer número, que es el único que conocemos de un periódico titulado EL Pensador, “Quincenario de Intereses Generales” dirigido en Mendoza por el Pbro. Ernesto de Jesús Méndez, que a la vez es el Redactor. La administración en Mendoza, Casa Cural; en Valera Familia Mejías Rumbos. Con aprobación eclesiástica.

El Pensador en tamaño cuarto se editó en los talleres de la Imprenta “El Iris” de Pampán. Tiene cuatro páginas con amenas colaboraciones. En poesía de Gaspar Núñez de Arce, Ricardo Gil, Enrique González Martínez, Pbro. José Ramón Gallegos. En literatura Mariano José de Lara, María Ernestina Segnini. En historia de Venezuela Arístides Rojas. En Religión, Napoleón Bonaparte.

La cuarta página es de “Crónica y Noticias y avisos”.

En el año de 1934 apareció en Barquisimeto una revista titulada Occidental, con selecto material y con muy inspiradas bases literarias. Transcurridos tres años sus fundadores y redactores se trasladan a Trujillo donde con el mismo espíritu y con la apasionante buena intención de esos periodistas viajeros que han hecho mucho en Venezuela, continúan con ella.

La segunda época de Occidental empezó en Trujillo con su número cinco el 1º de junio, dirigida y redactada por el doctor C. González Mata y S. Joaquín Degado.

Es una publicación interesante, movida y enfocada con inteligencia. Sus colaboraciones en este quinto número son Cromos Trujillanos (fotograbados) Soneto de Roberto Montesinos, Cuento de C. González Mata, “Supremo Triunfo”, poema de Juana de Ibarbourou, “Retorno” prosa de S. Joaquín Delgado, así como un cuento de este mismo escritor titulado “Dios lo sabe”, “La Melancolía de los Pinos” prosa de Víctor José Cedillo, “Mensaje Generoso” por el Barón del Desierto, seudónimo que estuvo popularizado en la prensa trujillana por estos años y que marcó su influencia en las páginas de El Rehabilitador, principalmente.

En Occidental de Trujillo iniciase un folletín con el título de “Llegará un Día”, comedia dramática, original en un prólogo y tres actos”, por Ángel Fuenmayor.

El número seis, igual que el anterior entamado octavo con veinte páginas más cuatro de carátulas y contracarátulas viene con secciones tales como Literatura y Variedades y otros muchos artículos calzados con firmas como las de sus directivos, T. Olavarrieta Jiménez, Rolando Anzola, Salvador Caballero, Alfredo Arvelo Larriva y algunos otros que ocultador sus nombres en seudónimos como K. Ballero, Isabel María del Monte.

El 15 de abril apareció en Trujillo el primer número de la revista Trujillo Gráfico, “revista ilustrada quincenal” cuyo Director – Propietario era Tomás P. Cardona, teniendo su oficina de Redacción y Administración en el Teatro Sucre – Trujillo. La colaboración era exigida y no se devolvían originales.

Se editaba en los talleres de la Tipografía América, en tamaño octavo con un número de páginas variado, teniendo en la carátula a varios colores dibujos y fotograbados interesantes, algunos alguna representación de una película de modas, a la cual le hacían mucha propaganda y la anunciaban en los extremos del Teatro Sucre, de próxima inauguración.

Lo que se pueda decir de esta revista es contraproducente, ya que pese a un exhausto servilismo, tuvo las secciones literarias e históricas de valía. Las Exposiciones de primera página son un elogio a las obras de la Administración Regional José Araujo, Presidente y Secretario General de Gobierno, respectivamente.

Publicaba propaganda de películas en la “inauguración de la temporada Parlante” y tenía Entretenimientos para sus lectores, con palabras cruzadas.

La sección Quincenario Social es una serie de pequeñas informaciones de todos los matices, hasta con poemas breves y recepción de periódicos. Las cuatro páginas centrales no eran en papel periódico sino en fino papel satinado, en las cuales se publicaban fotografías sobre algunas de las obras que el régimen adelantaba y sobre el Trujillo Social, fotografías elegantes de las damas destacadas del Estado con poemas dedicados a ellas. También las imprescindibles fotografías de los Gobernantes del Estado y para más descuento de importancia es de los Coroneles hijos del Benemérito General Gómez.

Entre los colaboradores en las páginas de literatura, historia y crítica citamos V. M. Valeramartínez, José Santos Morán, Pedro Santini Ordóñez, Manuel A. Venegas, Hugo José Hunda, T. Valeramartínez, Manuel F. Mendoza, Julio Febres Jelambi, Mario Briceño Perozo, Víctor Braschi C., Luis Yepes, Arturo Croce, Luis C. López, Luis Peraza, Pedro Romero Garrido.

En todos los números apareció la novela “La Ronda Trágica” por Robert Green, merecen también elogio los trabajos “Antonio Nicolás Briceño, El Diablo” de T. Valeramartínez, quien en la introducción escribe a manera de nota: “Habiendo llegado a mis manos “La Información”, de Maracaibo, con mi artículo, “Referencias del Padre Palacios”, firmado por el seños A. Nicolás Briceño, descendiente de El Diablo, según se me ha noticiado, he querido reimprimir este otro, para que ese honorable señor tenga la bondad de honrarme de nuevo, adaptándole también como suyo, pues si no es prestigiado por los recuerdos del Padre Palacio, sí lo es por lo de los generales Armando y Braulio Briceño, también auténticos parientes del ilustre patricio”, en el número 6 del 30 de junio.

Merecen también cita el criollista cuento “El hombre que cantó con el Diablo” de Pedro Santini Ordóñez, en el número 9 del 15 de Agosto de 1934 y los “Ligeros Rasgos Bibliográficos del Doctor Salvano Velazco” aparecido en la página central, papel satinado, del número 17 del 15 de diciembre de 1934.

Son muy comunes en Trujillo Gráfico los seudónimos. La redacción y Administración bien pronto se trasladó del Teatro Sucre a la Calle Colón Número 2, donde la encontramos en el número 17 que ya citamos, último que hemos consultado.


1935
EL COMERCIO VALERANO

En tamaño cuarto, con una comedida disposición de avisos comerciales, salió este periódico al público el 4 de febrero de 1935, en la ciudad de Valera. Cuatro, seis, ocho y doce páginas con un ambiente saturado de buena impresión cultural, y bajo la connotada dirección de Miguel Rodríguez Rivas, quien se rodeó de un selecto grupo de colaboradores que siempre estuvieron al tanto de la verdad y del enfoque humano de los tópicos nacionales. Entre otros ellos fueron Hilarión Hernández, Diego Meza, Vitelio Reyes, Dr. R. Cifuentes Labastida, Rafael Ángel Quintero C., R. Arreaza Pino, Humberto Álvarez de Lugo, Julio Morales Lara, Amado Guerrero Matheus, Hernán Rosales, J. R. Jiménez, Abelardo Escalona S. y José Manuel Ramírez.

La página editorial de este atractivo periódico merece elogios sinceros, pues siempre estuvo franca a la modelación de la idea nueva y al vínculo comunal del principio creador de periodismo de altura. En lo referente a economía es necesariamente factor de consulta el núcleo de temas que explotó, ya que dió cauce a la creciente corriente que en esos años aspiraba encuentros cónsonos con el movimiento administrativo que necesitaba la nación.

El Comercio Valerano inició sus labores como quincenario, pero en el número ocho y desde el 11 de mayo se nos presenta como semanario, campaña honrosa que culminaba bien el sentar una base en la hora aciaga y triste en que soplaba el hálito desagradable del régimen gomecista.

El Comercio Valerano enfocó magistralmente dos temas ásperos y lesionados en la hora del colapso nacional; fueron ellos sobre el aspecto pedagógico y sanitario, el primero diezmado por los malos sueldos pegados a los maestros y porque se ha vivido en nuestro magistrado de inicuas complacencias de compadrazco, y el segundo porque Valera, o Trujillo, o Venezuela entera se morirá sin auxilio de males epidémicos, de endemias, factores negativos de la administración descuidados porque había muchos otros compromisos de pacotilla.

El Comercio Valerano a más es de interés por las lecciones que nos brinda en cuanto a la imposición de la propaganda comercial. Desgraciadamente desapareció con su número diez y seis el 27 de junio del mismo año.

La muerte del General Gómez motivó la desaparición del semanario trujillano El Rehabilitador y de un suplemento diario que aparecía por las tardes. En reemplazo de este vocero y con el mismo formato e idénticas columnas apareció entonces Voz de Trujillo, también con un suplemento diario.

El Suplemento Diario de VOZ DE TRUJILLO empezó a circular el 24 de diciembre de 1935 en tamaño octavo con cuatro páginas, sin pie de imprenta y sin indicación de directivos. Aparecía en las tardes de los días hábiles, “publicando avisos y remitidos”.

Este cuotidiano era el portavoz directo del Gobierno del Estado; en sus páginas se publicaban todos los decretos, nombramientos, alocuciones y adhesiones. En la página editorial de iniciación leemos las causas de esta publicación y los fines perseguidos, por cierto muy “altruistas”.

En sus páginas interiores, desde el primer número leemos en un Folletín de Voz de Trujillo La Herencia Maldita, novela de J. S. Fletcher, la cual no empezó a publicarse en estas páginas sino en las del Suplemento Diario de El Rehabilitador.

Este vocero publicaba también columnas sobre motivos folklóricos y de literatura, así mismo en cuarta página la sección Notas de Sociedad y variados avisos comerciales. En algunas oportunidades leemos las Noticias de Caracas y las “Atentas Participaciones” de autoridades estatales recién nombradas.

También notamos reproducciones de valiosos artículos sobre “perspectivas nacionales” y sobre aspectos sociológicos generales. No dejó tampoco el periódico de publicar las nóminas de Pasajeros conducidos en diferentes vapores procedentes de Maracaibo y con destino a este puerto.

Leemos trabajos con un valor específico de Juana de Ibarbourou, A. Ramírez Cansiani, Ramón del Valle Inclán, Carlos Otto V., Dr. Medardo Medina, Armando Saavedra, Rubén Corredor, Marisa de Aguirre, Tulio Febres Cordero y el Marqués de Corvera, Rabindranat Tagore y Cecilio Zubullaga Pereza.

La colaboración de los escritores nativos es muy atractiva en el Suplemento Diario de Voz de Trujillo, pues en ella encontramos enfoques muy ágiles de nuestro folklore, aspectos históricos y hombres destacados en las actividades socio – culturales del país encontramos aquí las firmas de S. Joaquín Delgado (Semblanza sobre Don José Herrera Oropeza), J. M. Rosales Aranguren( Periodismo), Ana H. Bello de Tejera, Clara Vivas Briceño(Don Tulio Febres Cordero), Baldomero Álvarez(Humilde Congratulación . A Monseñor Dr. Etanislao Carrillo en sus Bodas de Oro Sacerdotales), Hugo Unda Briceño ( Es justa una Guerra de conquista en nuestros tiempos?).

El Suplemento Diario de Voz de Trujillo modificó su estatus muy pronto y siguió en la misma acción oficialista, pero con mayor incremento de lo literario y lo histórico. Las secciones fueron entonces Noticias de Caracas, Hombres Notables, Notas de Sociedad, Información de la Prensa, Sección Agropecuaria y Noticias del Exterior.

La poesía también tuvo su columna, unas veces de Pedro Santini Ordóñez, otra de Víctor Braschi C., Abelardo Gorrochotegui, Rafael Ángel Barroeta, Víctor A. García, Amando Núñez C., Así mismo publicó este vocero la Relación de Cambio de la moneda y el movimiento en el Hospital “Reverend” de la ciudad.

El último número que conocemos es el 26 del 27 de enero de 1936.


1936
EL RELATOR

Saliendo de la era rústica del gomecismo, apareció en fina presentación en la ciudad de Trujillo, un periódico en tamaño cuarto de nombre El Relator, dirigido por Jesús Briceño Casas, teniendo como Administrador a Alfonso Marín. El primer número vió luz el primero de febrero de 1936, como semanario sabatino que tenía como lema “por la Patria y la lealtad”.

A partir del número tres se transforma en bisemanario, apareciendo miércoles y sábado. Revela en todas sus publicaciones su tendencia extremadamente lopezcontrerista, la cual la coloca en sus editoriales, demostrando el servicio que exalta a favor de la nueva era gubernamental. Dirige diatribas y acusaciones tremendas y veraces contra el gomecismo, pero sin apartarse de la tendencia conservadora que mantiene hasta último momento.

Muchos artículos son dignos de elogio, pese a la forma en que plantea otros. Es muy satisfactoria la manera de hacerle campaña y de incrementar el cuento venezolano. Allí vemos la faena del Pbro. Francisco José Verde, J. de J. Valecillos, Alfonso Marín, Antonio Casas Briceño y Jesús Briceño Casas.

El Relator en una forma vaga plantea las necesidades y las privaciones del obrero venezolano, y llama a cierto interés su propaganda indirecta hacia la formación de una organización política de la cual es este órgano tal vez una fase de su plataforma electoral.

Son merecedoras de elogio las violentas y razonadas protestas que eleva con diplomacia, a raíz de los sucesos del 14 de febrero de 1936 en los cuales pierden la vida algunos estudiantes de reconocida y justa lucha nacionalista. Pero El Relator de toda culpa al régimen imperante, pues la descarga sobre las hordas gomecistas, sobre los rastros aún uniformados de la terrible policía del terror.

A cabalidad llenó El Relator un cometido arduo y valioso, pues no dejó a ninguna hora de reseñar sobre los órganos periodísticos que circulaban en el Estado, labor esta que tiene mucho méritos, más cuando vemos a esa hora y hoy más, muy acentuada la tendencia de pasar por alto los canjes.

Para el período presidencial 1936 a 1941 El Relator propuso y apoyó la candidatura del General Eleazar López Contreras, a quien consideraba como el hombre más llamado a defender la democracia y a borrar para siempre las huellas apesadumbrantes del anterior mandatario.

Con aciero reprodujo El Relator la valiosa carta que dirigió el eximio y rocoso escritor Don Rufino Blanco Fombona al Director del diario Ahora cuando ya se dirigía al país y cuando el retorno suyo era una lección de fe e integridad. Además este vocero publicó en varios números listas de exiliados políticos trujillanos que retornaban al lar nativo, y a todos les auguraba días felices y horas de paz y goce soberano de libertad.

El gran maestro caroreño Cecilio Zubillaga Perera, enorgullece las páginas de dicho periódico con ejemplares colaboraciones sobre vida socio – cultural del país, al lado de las de índole docente del maestro Bachi 1er E, miro Fuenmayor.

Dos editoriales de El Relator llaman profundamente la atención el uno cuando celebra la llegada al país del vigoroso autor de El Hombre de Hierro y Canción del Amor Infeliz, y cuando reseña la tragedia que envolvió en duelo a nuestras letras, cuando Teresa de la Parra deja para siempre la estela vital.

Son meritorias algunas colaboraciones de L. E. Nieto Caballero, José María Flores y Jesús Briceño Casas sobre temas de tenor científico.

El 3 de octubre de 1936, con su número 69 se despidió definitivamente El Relator.

Página 90 de la “MEMORIA Y CUENTA CORRESPONDIENTE AL AÑO CIVIL DE 1936, QUE EL CIUDADANO DOCTOR TRINO BAPTISTA, Secretario General de Gobierno presenta a la Asamblea Legislativa del Estado Trujillo en su reunión constitucional de 1937” Sección Política.

“DECRETO SOBRE LA CREACION DE UNA OFICINA DE ESTUDIO Y CENSURA EN LA CAPITAL DEL ESTADO”

El Presidente del Estado Trujillo,
Considerando:

Que respetando siempre la libre emisión del pensamiento, garantía que merece todo el acatamiento de este Gobierno, es convincente encauzarla por vías que responden a la buena marcha del orden y tranquilidad públicos, evitando toda propaganda que tienda a perpetuarlos.

DECRETA:

Artículo 1º.- Se crea una Oficina de estudio y censura, a la cual quedarán sometidas las publicaciones periodísticas y las demás que se hagan por la prensa o en cualquiera otra forma de transmisión, a efecto de mantener siempre en el Estado la seriedad y cultura que distingue al periodismo regional.

Artículo 2º.- Se nombra para componer la referida Oficina, a los ciudadanos Doctor M. A. Palma Labastida, Bachiller Hilarión Unda Chuecos y Pedro Santini Ordóñez.

Comuníquese y publíquese.

Dado, sellado, firmado y referenciado, en el Salón del Despacho del Poder Ejecutivo del Estado, en Trujillo, a los cinco días del mes de febrero de mil novecientos treinta y seis. Año 1260. de la Independencia y 770. de la Federación.

(L. S.)
FEDERICO ARAUJO

Refrendado,
El Secretario General de Gobierno

(L. S.)

TRINO BAPTISTA.”

Revocación fué un periódico “órgano del Centro de Antiguos Universitarios en el Estado Trujillo, en tamaño cuarto, seis y hasta ocho páginas en números ordinarios. El cuerpo de Redacción estaba integrado por Pedro Emilio Carrillo, Vicente Tálamo, M. A. Palma Labastida, Rómulo Aranguibel, editándose en los talleres de la Tipografía América”.

Conocemos el número seis del 6 de junio de 1936, con motivo de las Bodas de Oro de Monseñor Dr. Etanislao Carrillo. En la primera página vemos un buen retrato del levita, así como exaltadas producciones en su elogio, “El Día Apoteósico de Trujillo”, etc.


También leemos páginas emocionadas de investigación histórica: “Primera epidemia de Fiebre Amarilla en Trujillo (1887) por Pedro Emilio Carrillo. “Poesía” a Monseñor Carrillo por Rafael Ángel Barroeta, precioso soneto que hoy está grabado en mármol en el frente de la casa donde nació y vivió en ilustre trujillano.

Otro poema al clérico es “Las Manos del Pastor” por V. M. Briceño Perozo, “Apoteosis Trujillana” por el Pbro. Pedro J. Juárez, “A Monseñor Dr. Etanislao Carrillo en sus Bodas de Oro Sacerdotales” por el doctor Alfredo Carrillo y “Oblación” poema por Pedro Santini Ordóñez. Otra colaboración es la de Angela Abreu de Méndez.

Ignoramos cuantos números vieron luz de Renovación, así como la imprenta en donde se editaba.


1937

El 20 de marzo de este año vio luz El Granuja, periódico de “Literatura y variedades que no expongan al peligro las costillas de este chiquitín. No se mete en política: los muchachos le tienen miedo al coco……………”

El formato de este vocero durante toda su existencia fue el dieciséis avo sin pie de imprenta y con cuatro paginas. Sus condiciones eran “saldrá cuando tenga la ropita aplanchada y sus alpargatitas nuevas. Se vende cobre. Colaboración exigida. No se admiten pseudónimos.”

Estas condiciones se justifican a todo lo amplio en el nombre del periódico cuyo significado es nada menos que “muchacho vagabundo”. La dirección estuvo a cargo de Joaquín Cegarra y la administración confiada a Ernesto Valera.

El Granuja podemos dividirlo en dos capítulos. El primero de la prosa lírica, del canto emocionado y de los pensamientos. El segundo de la poesía propiamente dicha. Una y otra modalidad dan cabida a las críticas, a los ensalzamientos sanos y fehacientes y a la información social.

Fueron colaboradores de El Granuja en lo prosaico Alfonso Marín, J. M. Godoy Troconis y Cegarra que en los editoriales puso todo el coraje de un gran periodista en noble función de superación. En lo poético, en la sección COFRECITO DE ORO leemos los versos de Joaquín Cegarra, L. Jerez, Alfonso Marín, Ramón Briceño Perozo, Gilberto Quevedo Segnini, Augusto César Vale, Jorge Schmidke, F. Restrepo Gómez, A. Núñez C., E. Álvarez Henao, Carlos Borges y Pedro Santini Ordóñez, la mayoría sonetistas de acertado recorrido por los caminos espesos de los endecasílabos.

La Antena Popular de El Granuja es una reseña social exaltada y cómoda que no escapó a los personeros de la sociedad trujillana. Pero algo mejor que esto son las Pinceladas de Yodo crítica social de ardiente contenido, encaminada a que las autoridades y los ciudadanos contribuyesen cada uno según sus posibilidades a darle solución a muchos de los problemas trujillanos. En el número 3 del 10 de abril, en la sección Pinceladas de Yodo, leemos: “EL GRANUJA es un muchacho travieso, del pueblo, hijo de Juan Bimba. No le preguntes de donde viene: pregúntale para donde va. “El Granuja” es “del pueblo y para el pueblo”.

A partir del número cuatro del 21 de abril notamos en el periódico la aparición de fotografías ilustrativas. En la primera página notamos el retrato de un muchachito que va cargando un poco de pasto, el editorial se refiere a él: “Esta simpática fotografía presente de cuerpo entero a nuestros lectores, la humilde pero vivaz estampa de nuestro dilecto “GRANUJA”, muchachito lleno de mañana y de sol que va con paso firme, con su mirada hambrienta de horizontes y su sonrisa a flor de labios, preludiando su cálida y amorosa canción de optimismo por la abrupta senda del periodismo, tan lleno de peligros y promesas.

“Quijotico precoz: no obstante sus pocos años para atravesar solo, sin otro compañero que su morral repleto de buena voluntad, este camino largo y azaroso, se siente con bríos, con mucha sangre y músculo para coronar la meta de sus aspiraciones, que son las de velar eficazmente por su tierruca, llena de glorias y de virilidades, y donde están en plena floración los hombres meritorios capaces de secundar normas de engrandecimiento nacional.

Este plácido chiquitín, lleva con todo su fervor un haz de espigas, como ardoroso emblema del trabajo y de la fertilidad de este pedazo de tierra de Los Andes, y lo paseará lleno de orgullo por su largo camino, que emprendió una mañana plena de sol y pájaros campestres, con el laudable propósito de contribuir con su exigua labor al mayor desarrollo del progreso moral y material de la tierra autora de sus días.

“EL GRANUJA”, muchachito travieso que sabe amar la vida y que no ha perdido la fe en el destino de los pueblos y los hombres, sueña con hacer un recorrido sin tropiezos, sin reproches, sin odios. Y si alguna vez tiene un pequeño desvío, ¡Perdónalo, Señor, que no sabe lo que hace!.

Todos los editoriales del pequeño órgano publicitario están llenos de un gran colorido y una animosidad confortante. Sin embargo la vida le fué breve, pues el 3 de julio desapareció cuando apenas habían circulado diez números.

Página 222 de la “MEMORIA Y CUENTA QUE EL CIUDADANO DOCTOR M. A. PALMA LABASTIDA, SECRETARIO GENERAL DE GOBIERNO, PRESENTA A LA ASAMBLEA LEGISLATIVA DEL ESTADO TRUJILLO, EN SUS SESIONES ORDINARIASDE1935”.

ESTADISTICA DE PRENSA (Revisión de enero de 1938).

PERIODICOS EXISTENTES EN EL ESTADO PARA ENERO DE 1938 y que existieron durante el año 1937:

LA CAMPAÑA Betijoque
EL ORIENTAL Boconó
EL PROLETARIO Boconó
EL TERRUÑO Boconó
EL TIMONERO Boconó
ELPENSADOR Escuque
PATRIA Y CIUDAD Escuque
GACETA OFICIAL DE TRUJILLO Trujillo
GACETA DE LOS TRIBUNALES Trujillo
EL CIUDADANO Trujillo
ACCION DOCENTE Trujillo
EL IRIS Pampán
ECOS DEL CAMPO San Lázaro
PLUMA Y VERBO La Quebrada
ARISTAS Valera
CRISALIDA Valera
EL MENSAJERO CATOLICO Valera
TRIANGULO Valera
EL ANUNCIADOR Valera


1938

En el mes de enero de este año apareció en Pampán el primer número de un periódico en treinta y dos avo preciosamente adornado en el tipo de imprenta, titulado “Álbum Escolar”, órgano de la Escuela Federal de niñas Nº 947, cuya preceptora era la señorita María Ernestina Segnini.

Álbum Escolar es un periódico de poesía selecta en la primera página, de información escolar, de aspectos geográficos e históricos y de avisos. Uno de esos avisos es de la “Biblioteca Pedagógica de Pampán” rogando a los escritores y poetas el envío de sus obras.

En esas páginas de poesía figuran de Fermín E. Gutiérrez, Juan M. Cotta, Benjamín Vicuña Solar, José Joaquín Palma, Salvador Rueda, Julio Zaldumbide. Algunas veces en vez de estas páginas de poesía había la misma con retratos de héroes nacionales.

En las colaboraciones históricas y literarias encontramos los nombres de María Ernestina Segnini, F. A. Rendón, Blas Y. Morales.

Son en Álbum Escolar muy frecuentes los aspectos de gramática con capítulos tales como Palabras Homónimas, Palabras Parónimas, Pronunciación de ciertas palabras, significado de palabras o frases. Muy amenos también los consejos caseros.

Al final de año, como el formato del periódico era estar la Directora repartía entre los suscritores una especie de carpeta del mismo tamaño del vocero con el nombre de este estampado en la página inicial y también la fecha. En esta especie de estuche era fácil hacer las colecciones.

En enero de 1940 Álbum Escolar cambió de formato transformándose al diez y seis avo, con un antetítulo en dos palabras: “Deleitando educa”. Nueva etapa fecunda para el periódico. Reseñas de libros y de actos, noticias varias, datos enciclopédicos, etc. Reproducciones de valiosos poetas y escritores internacionales, con preferencia Tagore, Vigil, Renán, Nervo y Castelar.

A partir del número 20 de la fecha antes indicada empezó a aparecer en el vocero la Sección Infantil con colaboraciones de pequeñas alumnas llenas de deseos de ayudar a la maestra humilde en la tarea y de seguirle los pasos ejemplares en el periodismo. Entre ellas Nelly Rosa Quevedo, Segnini, Pepina Matheus, Blanca E. Ramírez, Vilma María Vita Lupi, María de los A. Etanislao, Auxiliadora Alvarado, Delia Bracamonte, Josefa González, Gladis Ma. Pérez Segnini, Yolanda Rosales. Pronto desapareció la sección para darles cabida a otras.

De Tulio Febres Cordero reproduce de cuando en cuando Álbum Escolar algunos lacónicos e interesantes artículos. También de Víctor José Cedillo, Luis Beltrán Reyes, Miguel Ángel Grabado, etc.

Historia, religión, poesía, en abundancia nota y fechas históricas, consejos gramaticales, manera de expresarse, de analizar las palabras, etc. Todo esto y mucho más apareció en las páginas de Álbum Escolar, que más de periódico tuvo el fuerte abrazo de la enseñanza concreta, notable.

En un recuadro leemos en Álbum Escolar lo siguiente: Muy Importante: “Las alumnas de esta Escuela deberán leer este periódico con la mayor atención, para grabar en su mente el fondo o argumento de los escritos que se publiquen en él, y pedir a la maestra explicación de las palabras que no entiendan; formar juicio y expresar su opinión de palabra o por escrito sobre cada artículo.

“Lo que emitan por escrito se publicará en esta sección”.

Álbum Escolar recibió de la “Biblioteca Popular de las Américas, Gran Exposición Internacional de Publicaciones Periódicas un honroso presente reflejado en el siguiente dictamen: “Por cuanto el periódico ALBUM ESCOLAR EDITADO en Pampán (Venezuela) ha merecido el público testimonio de reconocimiento por su difusión ideológica y valiosa labor cultural, el Jurado de la Gran Exposición Internacional de Publicaciones Periódicas, acuerda por unanimidad concederle DIPLOMA DE HONOR el que expide como constancia de dicho acuerdo. En Avellaneda, R. Argentina, Salón de los actos de la Biblioteca Popular, a 15 días de Abril de 1940”.

Biografías de hombres célebres leemos en este vocero, en una sección Grandes Artistas, etc. También amplios datos históricos sobre la fundación del pueblo de Pampán (Pampangrande) y sobre el conquistador Diego García de Paredes.

En 1943 obtuvo otro galardón Álbum Escolar. En su número 40, del mes de marzo leemos lo siguiente:

“República de Cuba
Gobierno Provisional de Matanzas
Biblioteca Pública Santiago Álvarez
de la Escuela Provincial de Artes Plásticas Tarascó
SEGUNDA EXPOSICION INTERNACIONAL DE PUBLICAIONES PERIODICAS
Agosto 22, 23 y 24 de 1942
Por cuanto ALBUM ESCOLAR editado
En Pampán – Venezuela – ha merecido el público testimonio de
Reconocimiento por su difusión ideológica y valiosa labor cultural,
El Jurado de la SEGUNDA EXPOSICION INTERNACIONAL DE
PUBLICACIONES PERIODICAS acuerda por UNANIMIDAD concederle
DIPLOMA DE MERITO
El que se expide como constancia de dicho acuerdo.
En Matanzas, Salón de Actos de la Biblioteca, a 22 de agosto
De 1942.
Dr. Santiago Álvarez Rodríguez (Gobernador Provincial) Presidente
Br. Américo Alvarado Sicilia, Vocal Manuel Rodríguez Cartaya Vocal
Valentín Pérez Balboa, Vocal Alberto Lovio Olivera, Vocal
Juan J. Ollacarisqueta Bataller, Vocal
Pedro Ávalos Torrens, Secretario

El último número de Álbum Escolar es el 49 de abril de 1944. Un ejemplar enlutado y triste, había muerto entonces Doña Carlota de Segnini, madre de la Directora del vocero. Así se despidió pues un atalaya de nuestro periodismo.


1939
FRENTE

El 27 de octubre de 1939 apareció en Trujillo el primer número de Frente, valioso semanario que dirigió el entonces bachiller Roberto Gabaldón Márquez, hoy profesional del Derecho. Tuvo durante las dos primeras apariciones como Administrador – Responsable a R. J. Quevedo Durán. La más elocuente nota y quizás el mejor comentario que se pueda hacer a este vocero, tiene que basarse en la crónica que escribió y publicó en un periódico de Caracas, el eminente periodista, valiosa cifra de la pedagogía y las letras nacionales Dr. Carlos Augusto León. Dice así:

“Con el pueblo
“EL CALLADO HUMANISMO DE LA PRENSA INTERIOS.
“No todo es vergüenza y portunismo en la prensa nacional. En la propia Caracas, junto a los demócratas que niegan la democracia, junto a los que interpretan el amplio movimiento colectivo de la “convivencia” como convivencia con un grupo de sus amigos íntimos en un café, junto a los que explotan la excesiva credulidad popular, hay periódicos honestos. Y existe regada por toda Venezuela, una prensa que es un conjunto de voces populares, limpias, profundamente democráticas. Ese coro de los periódicos “de provincia” está diciendo quizás la palabra más rotunda y franca de este momento histórico venezolano.

“No queremos hacer una lista de los periódicos democráticos del Interior. Es evidente que también hay por allí prensa al servicio de mezquinos intereses. Todo el mundo la conoce. De ello no hay que hablar: en su propia existencia, en el silencio con que el pueblo responde a sus insidias, tiene su castigo. Queremos hablar hoy el silencioso y pleno de modestia de los auténticos periodistas del país, que entienden el periodismo como uno de los más altos deberes posibles, como una tremenda responsabilidad. Hombres que en el difícil ambiente de pueblos y ciudades del Interior, a costa de grandes esfuerzos pugnan por ponerse a la altura de su deber.

“Tenemos a la vista un nuevo periódico: “Frente” de la ciudad de Trujillo. “Iniciamos nuestras labores – dice – imprimiendo esta pequeña hoja en una imprenta de las más primitivas que puedan imaginarse. Es una imprenta que requiere un gasto descomunal de energía humana. Un pequeño instrumento que necesita ser movido por seis brazos para poder imprimir un pequeño periódico. Una imprenta que en la relación paralela con la técnica agrícola, llena el sitio que en la agricultura llenó el arado de madera”. Y luego afirma “Nosotros queremos, en esta hora de angustia universal, juntar la débil voz del olvidado pueblo trujillano a la voz pujante que en escala nacional viene tomando cuerpo desde el año 36. Nuestra palabra, pequeña, insignificante, intrascendente, en cuanto no es un voluminoso diario linotipiado, tendrá la grandeza, la significación, la trascendencia de ser la expresión desnuda de la realidad social que vive la provincia”.

Están allí todas las características de la prensa democrática de los diversos Estados de la República.

Dificultades materiales: hay que labrar un gran campo con el viejo arado de madera. Modestia: ni es débil la voz del pueblo trujillano, porción magnífica de la población venezolana, ni es pequeña ni insignificante la palabra de un diario verdadera y hondamente democrático. A esto hay que añadir, dificultades de otra índole y que todos conocemos. Ojalá que el Gobierno y el pueblo de Trujillo acojan cordialmente este nuevo periódico. Para la labor que él representa, para la de sus antecedentes en la historia periodística de Trujillo, para la de sus iguales, modestos y valiosos voceros progresistas de toda la Provincia – sembrados en la viva entraña patria – sólo cabe el calificativo de heroica. La Venezuela del futuro comienza a nacer en estas voces”.

Después de tales palabras baladí es cualquier comentario. Allí está Frente de frente y de perfil en el propio cáliz de sus consignas públicas y sus columnas combativas.

Entre los colaboradores de este vocero podemos citar a Mario Briceño Perozo, Víctor Valeramartinez, Julio César Marín y Manuel Andara Olivar, quienes con pintorescos temas estuvieron presentes en la lucha y en acción honesta de plantear las necesidades de los pueblos del Estado.

Sus editoriales no son más justos, pues encarnaron con destino permanente asuntos tales como el de los elevados alquileres, alto costo de la vida y propaganda y lucha política.

La forma en que aparecen en Frente los avisos comerciales es sencilla, y resulta muy franca, pues ya leímos en qué tipo detalles se hacían las impresiones.

Es muy meritorio un editorial sobre la neutralidad de Venezuela en el conflicto europeo”, así como también la nota triste referente a la tragedia de Lagunillas, pueblo zuliano que se incendió arrojando alto porcentaje de vidas destruidas y de gentes en la orfandad.

La parte informativa de Frente comprendió todo el Estado, aún hasta sus más apartadas regiones, desde donde salía la voz grata o pensarosa del cronista que comprendiendo a cabalidad la función periodística se esforzaba en ayudar a presentar soluciones a múltiples problemas.

Contra los editoriales de bisemanario Nosotros, órgano oficioso del régimen del momento, Frente lanzó su caballería de ideas; así vemos dos fuertes y concisos artículos firmados por el Director del vocero, en donde hace una aclaratoria y un enjuiciamiento de las manifestaciones aparecidas en las páginas del referido periódico, en donde era de suponer había otra fuerza que concebía y llevaba a efecto el principio de combatir la prensa oposicionista fuere como fuere.

El interés que a través de las páginas de Frente demostraron sus colaboradores y directivos, en cuanto a la campaña por hacer más amplia la propaganda tendiente a la inscripción electoral, es digna de encomio.

Dos secciones son en este vocero llamaradas de crítica mordaz y de aleccionamiento colectivo: “De todo un poco” por K. Lientico y “Actualidad” por Cantaclaro, esta última reflejo muy humano de precauciones y lecciones que debería tomar el pueblo para alejarse del peligro de ciertas enfermedades, más el encaro con otros tópicos.

Son de notable tenor las cartas que gentes del pueblo trujillano, ya de la ciudad capital, ya del pueblucho mortecino, dirigieron a algunos Ministros la solicitud de soluciones a casos de tragedia y de dolor en que estaban envueltas sus regiones. Una que otra vez hubo respuestas que Frente publicó con el mismo entusiasmo con el que lo hacía con respecto a las cartas referidas.

El caro problema de la Reforma Agraria fué planteado en Frente con notoriedad, con acierto; así mismo, con ese valiente dinamismo saludaron la aparición de Radio Trujillo en las frecuencias nacionales.

En sus páginas apareció una sección de avisos económicos, que es plausible por la difícil ubicación en un órgano de prensa provinciano, donde hay poca preocupación por este, y hasta por todos, los tipos de propaganda comercial.

El último número salió en abril de 1940, fué el 22, que no sólo es el final de la jornada trunca, sino el que aprovechan las autoridades para llevar a la cárcel e instaurarle juicio al Director del vocero, como lo anotamos en nuestro comentario sobre Nosotros.


FRAGUA

Mientras el Timonero con valor inaudito afrontaba los problemas del pueblo bocones y los planteaba a los gobernantes con soluciones adecuadas y con soberana espiritualidad edificadora, las fuerzas vivas del estudiantado del entonces Colegio Federal de Boconó, que a veces colaboraban en este periódico con criterio uniforme y vigoroso, se lanzaron a la carga en la tarea de sembrar cultura leal a las circunstancias en que venía desenvolviéndose la vida del obrero y fundaron el 25 de marzo de 1939 un periódico en tamaño octavo, dirigido por Elbano A. Pardi y administrado por Miguel L. Valery. Era un quincenario arriesgado que veía luz para luchar con denuedo y con vértigo tal vez por el reajuste socio – económico regional y por mayores facilidades de vida para los estudiantes y los trabajadores. Periódico fuerte, recio, enamorado de la verdad dolorosa par los tragalenguas de tierra del medio, para los omnipotentes del terreno ayer egido, para los que sabían ponerse a la altura con una peinilla desenvainada y un calabozo hediendo donde creían acallar las ideas.

Por esta razón misma tuvo efímera existencia. Tan sólo permitieron que salieran tres números, pues Albano A. Pardi fué llevado a la cárcel por el único delito de ser firme y de adorar la profesión que se creaba al dirigir un órgano de prensa, que llevaba hasta el pueblo la palabra que necesitaba y que ardía en la sangre estudiantil que hacía volcanes de principios dentro y fuera ya de la nefanda era del gomecismo.

La colaboración literaria de Fragua enfocó simple y llanamente el dolor de una patria que había vivido hórridamente maltratada, desmembrada de sus símbolos y arrebatada a sus literatos. Eran 27 años de usurpación que refaccionarse en Fragua y la época era tan opaca que unos años más seguiría andándole cerca del muerto triste de La Mulera.


“TIERRA”

Tierra es el nombre de un periódico que existió en Boconó. Apareció en 1939 como órgano de la Federación de Estudiantes de Venezuela – Sección Boconó, como ocasional. Hemos hojeado desde el número cinco de fecha 14 de octubre y en todos y cada uno de los ejemplares publicados salta a la vista la frase elocuente del combate integral.

Tierra nació en una hora crítica, y a pensar, pronto logró etapas de franca superación, para ensancharse y meterse en el corazón del pueblo donde abundan los problemas. A partir del número once se transforma en quincenario al servicio de los intereses revistas, apareciendo como Director: Elbano Pardi y como Administrador Pablo Baptista, quien no figura sino en ese citado número, al igual que el Director que deja de serlo a partir del número trece.

Número éste con el que Tierra empieza se vida de semanario, dirigido por Rafael José Pardi y administrado por la Editorial Tierra.

Páginas enteras dedica a la crítica constructiva, a la dura crítica, al motivo social con ideales bien estructurados, que plasmaron en el ánimo colectivo la fe infinita de respetar, amar y darle alas necesarias al Cuarto Poder, sin menoscabos y sin rencillas baratas. Son merecedoras de historia los editoriales que tras este objetivo supo entronizar el periódico para ennoblecer el reclamo ciudadano y para imprimirle aliento a los problemas del pueblo.

Tierra fué un periódico de caprichoso formato, quien sabe sí motivado a la dura lucha económica del periodismo provinciano. Veces aparecía en tamaño cuarto, en otras muchas en octavo, en sexto, etc. Tuvo varios lemas, entre los cuales uno refleja el trastorno que existió en Boconó cuando el estudiantado en justa lid estaba de piques con el profesorado del entonces Colegio Federal.

Una característica digna la tuvo Tierra en las crónicas hermosas, calurosas y respetables de quien escribió con el seudónimo de “Aborigen”.

El cuatro de enero de 1941 asumió la dirección de Tierra, una vez más, Elbano A. Pardi y surgen las concisas reclamaciones del pueblo bocones que se ha caracterizado por la franqueza de las solicitudes siempre mancomunadas. Las colaboraciones que van apareciendo, semana tras semana, son tan cortadas por un mismo diamante de creciente eco, que se nota el encuentro cabal con el conglomerado, el afecto entre el trabajador y el periodista. Fue a raíz de este motivo que nació el impasse entre los fablistanes y las autoridades locales, que no dejó de hacer eco porque las medidas empezaron por ser arbitrarias, ya que cuando en el periódico apareció un artículo sobre continuismo, el Gobernador del Distrito, aplica una multa al periódico.

La poesía surge a la altura de la hora vivida, pero no el romanticismo, no el vanguardismo, sino el verso suelto de filo limpio para defender causas permanentes en grandeza moral, social, económica. Es el abanderado el notable bardo bocones Eusebio Baptista, nuestro querido Eusebio, abogado filántropo de corta vida, pero labor resplandeciente. A más de esto, Eusebio Baptista inicia sus Perfiles de mi Pueblo con estilo único, verdaderamente combativo. Sus colaboraciones se ven en igualdad de rumbos a las que desde muchas partes enviaban Tarre Murzi y Víctor Valera Martínez. Esto le costó a nuestro poeta citaciones e irrespetos de unas autoridades divorciadas del medio y estrenadas en la era azarosa del gomecismo, que traía sus generaciones de forajidos desde más allá de la muerte del Dictador.

Tierra sufre el descalabro a que van siempre los periódicos de provincia en la hora de enfrentarse a la economía interna, y es así como lo vemos desaparecer el 5 de abril de 1941, en su número 35; sin embargo no pasó mucho tiempo sin que volviera al tapete público, y el 6 de julio del mismo año aparece como semanario al servicio de los intereses del pueblo, dirigido por Elbano A. Pardi y administrado por Rafael León B.

Tierra continuó su lucha acertada, agria para los inculpados, almibarosa para los defendidos, siempre llenos de razón, siempre victimados por la bota demoníaca del falto feudalismo nuestro. Esta nueva etapa de Tierra nos trae gratísimas colaboraciones de escritores nuevos de diferentes lugares así como artículos profundamente criollistas como los que sobre Fol – Klore y Fauna Trujillanos publica Elbano A. Pardi.

Con el número 46 Tierra silenciase. Dos años de rudo batallar, colosales en la defensa y fuertes en el ataque. Tierra no es hoy el recuerdo de un periódico, sino el símbolo gallardo y ecuánime del periodismo combativo de los últimos tiempos. Boconó estará siempre presente en la historia periodística de Venezuela.


1940
NOSOTROS

En su tercera época, en tamaño cuarto, con cuatro, seis y hasta ocho páginas salió al público el 6 de enero el bisemanario Nosotros. Connotada imparcialidad podemos decir que en él encontramos grandes antagonistas dentro de una tendencia que no sabemos si llamar política. Necia o baladí.

Unos editoriales son tan pobres que ni siquiera llenan el cometido de llamarse así, otros merecen cierta nota aparte y hasta pueden catalogarse como materia de consulta en el aspecto económico, algunos son tan insignificantes que llenan toda la columna sin expresar conceptos; los hay también enfocando problemas nacionales de índole social y llegan hasta ser significativos, porque encaran situaciones y las demuestran con certeza. Los que son nada más que informes de inauguraciones no están lejos de constituir un gran porcentaje, pero más allá vale la pena aquellos en que tratan de los problemas del analfabetismo y de la necesidad imperante de crear bibliotecas y fundar escuelas.

Desde la información, Nosotros, a partir del número 106 se nos presenta débil, impenetrable, pues nunca fue al encuentro de la crónica, nunca narró los sucesos habidos en la ciudad ni en otros pueblos, tampoco nos da una idea del movimiento periodístico estadal, pues o no recibía canjes o pasó por alto dicha sección por causas de “convicción”. De cuando en vez informaba sobre las piezas que en la noche del domingo interpretaría la Banda “Sucre” en la Plaza Bolívar.

Nosotros adoleció al principio de ésta época del grave mal de la falta de colaboradores. Nadie escribía en sus páginas a excepción de su Director desde la tribuna editorializante, lo demás eran mensajes, acuerdos, avisos oficiales, etc, y reproducciones lentas y hasta crueles en lo literario.

A medida que fue tomando vida fue encontrando colaboración de variados escritores nativos entre los que citamos a Eduardo Texier Unda, Pedro Linares V., José Gregorio Cegarra, Hugo Unda Briceño, Gastón Texier de Unda, e Isolina Almarza. Ya veremos como otros más llegan a sus páginas.

Los artículos variados, aunque siempre de carácter oficialista, con honrosa exclusión de los Cuentos, los poemas y los temas sanitarios e históricos, arrojan más nombres en las páginas de Nosotros: Miguel Ángel Blanco, Augusto Padrón, Esteban Smith Monzón, José Ramón Heredia, Dr. Alfonso Mejía, Humberto Rumbos, Dr. José María Flores, Antonio R. de Armas, Alberto Silva Álvarez, J. M. Rondón Sotillo, Pedro Pablo Maldonado, Dr. M. S. Barreto L., Clara Vivas Briceño, Esperanza Machado, Teresa de Troconis, Graciosa Urdaneta, Dr. Francisco Enrique Joseph, Gerardo Valencia, Lola González de Martínez R., Luis Valera Hurtado, A. Lomelli, Dr. A. A. Martínez, Américo Briceño Valero, Rafael Ángel Barroeta, Carmen de Delgado Muñoz, Ramón González Paredes, Samuel Barreto Peña, V. M. Bocaranda, Pascual Moreno, Trinidad Olavarrieta Jiménez y J. A. Cegarra.

Nosotros tuvo como Director – Fundador a S. Joaquín Delgado, quien en Trujillo y Carora ha hecho labor periodística, como lo hemos visto y lo veremos más adelante.

En esta etapa de Nosotros y en sus primeros números publicó algunos cuentos de autores extranjeros, manteniendo durante toda su existencia de dos años esta sección, después crecida con el empuje de las primicias de algunos de nuestros jóvenes cuentistas y de algunos de los ya subidos a tan interesante atalaya. No sabemos a que se deba la aparición de algunos cuentos firmados con raros nombres que no nos suenan en la antología respectiva ni nacional, ni extranjera, suponemos que sean seudónimos y nada más. Su director publicó una serie de cuentos que tienen un interés ambiental por estar basada la mayoría en leyendas populares trujillanas o las notas históricas, de fauna y de flora regionales.

Nosotros superose en algunas materias y llegó a impresionarnos bien por las valiosas reproducciones históricas, tales como “Proclamas de Bolívar” “Lo que debe ser el Panamericanismo” “Historia trujillana desde Caracas”, etc. En este aparte sobresalen los nombres de Sebastián Allegreto, Manuel Landaeta Rosales, J. Penzini Hernández, Alcides Losada, Antonio Reyes, Eloy G. González, Ricardo palma, Felipe Tejera y Udón Pérez.

Así mismo escalona igual plausible encomienda al brindarnos páginas escogidas de Juana de Ibarbourou y Amado Nervo.

Una página gris de Nosotros debida a su crudo ambiente político o a enemistades personales, es la que nace con motivo del juicio seguido a los Directores de un semanario valerano llamado Marcha, en las personas de Miguel Rodríguez Rivas y Manuel Isidro Molina. Igual actitud asume cuando el bachiller Roberto Gabaldón Márquez también es sentado en el banquillo de los acusados por sus actividades de periodista en función de reclamos y críticas justas desde las columnas de su periódico Frente. Y más allá de ello Nosotros se enorgullece del carcelazo con que premiaron al Director de Chispa, también periódico de oposición ubicado en la ciudad del Valera. Es en esta oportunidad cuando nos encontramos con datos preciosos de la brillante defensa hecha a los enjuiciados por el doctor Antonio Sánchez Pacheco, quien con dominio noble de los atributos de la profesión se lanzó contra viento y marea con deseos de que la justicia de impusiera.

Unas veces Nosotros publicó cometarios sobre pueblos trujillanos, y con muy débil intención pidió para estos favores administrativos. En cuanto a los discursos los publicó a montones, de todos los matices gubernamentales.

Estableció una sección, muy larga por cierto, en la cual el corresponsal en Caracas, hizo entrevistas interesantes a tres congresantes trujillanos. Y desde allí mismo diole curso a una columna sobre Biografías Trujillanas, siendo el Coronel Miguel Cegarra, el primero en ocupar importante sitial.

El año 1941 lo inició Nosotros con el número 207 de fecha 7 de enero siguiendo su misma corriente, con muchos mensajes, acuerdos y decretos oficiales.

Son meritorios los comentarios sobre Radio Trujillo y La Gota de Leche de Trujillo, obras de don Pedro J. Torres y de natural beneficio económico e intelectual.

Reprodujo charlas de carácter sanitario de los doctores José Quintini y J. Pardo Gayoso, y en tres o cuatro oportunidades editoriales sobre el caso de los elevados alquileres, el alto costo de la vida y la mendicidad como calamidad social.

“Bolívar en Trujillo” es un valioso artículo aparecido en uno de los últimos números de Nosotros, ensayo muy digno producido por el bachiller Américo Briceño Valero.

Vemos también en sus páginas una justa y patriótica petición suscrita por un grupo de hijos de Santana de Trujillo que ofrecían abrir una suscripción para grabar en mármol la letra del Himno de Trujillo, para ser colocado en el pedestal donde se encontraba en dicho pueblo el monumento conmemorativo del abrazo de Bolívar y Morillo, el cual había sido trasladado a otro sitio. Los firmantes son Salvador Villegas, F. Toro M., Efigenio Castellanos, Demetrio Villegas, A. Pérez S., Luis Felipe Pérez y José Manuel Barreto.

Es notada la tendencia de Clara Vivas Briceño a escribir sobre temas relacionados con el problema que en Venezuela ha creado el consumo desordenado de bebidas alcohólicas.

Firmada con las iniciales A. N. apareció por un tiempo una sección llamada “Rincón Literario”, especie de camino romántico hacia la exposición sentimental del amor, el respeto divino y la elevación del honor y la rectitud.

En sus postreros días Nosotros criticó duramente al periódico valerano Crisol, al que a más de citarlo como posicionista al régimen lo tachaba de injurioso e inexacto.

El 21 de agosto de1941 con el número 267 dejó Nosotros de existir en su tercera y última época.

En tamaño diez y seis avo apareció en Pampán el 8 de junio de 1940 al primer número de Senderos, dirigido por Hildegar Pérez y redactado por José Luis Quevedo Segnini, editado en los talleres de la Imprenta El Iris.

En sus cuatro páginas Senderos reflejó la actividad emotiva de los muchachos que aún eran alumnos de la escuela del pueblo, que aún querían estar allí contemplando con júbilo las palabras elocuentes del maestro y haciendo prestigio en las páginas del periódico.

Informaciones, “Sueltos Editoriales” Actuación Pedagógica, Deportes y Entretenimientos fueron las secciones del Senderos, más ninguna con firma alguna en el primer número.

Publicaban sé también es este órgano de prensa algunos pensamientos de valiosos representantes de la literatura universal y en el número dos encontramos un poema a Bolívar por Darío J. Cañizalez, alumno del sexto grado de la Escuela Federal de Concentración “Francisco de Sales Pérez”. También leemos colaboraciones de Ángel R. González L, alumno del cuarto grado y de Hilda C. Escalona.

El 7 de agosto aumentó Senderos su tamaño al diez y seis teniendo como Director a José Hildegar Pérez Segnini y redactores José Luis Quevedo Segnini. Más ágil viene Senderos ya, con artículos pequeños pero palpitantes, aunque siempre de los muchachos de la escuela del pueblo que ya andan en vacaciones. Las anteriores secciones son reemplazadas por las de opinión y por una crítica “En broma y en serio”, más las críticas sobre las necesidades del pueblo.

Notamos aquí ya la colaboración de M. O. Rangel, seudónimo del educador pampanense y poeta jocoso Miguel Orangel Segnini, quien colaboró en Senderos con mucha gracia y moldura.

Conocemos de este periódico solamente tres números. No sabemos cuantos más hayan aparecido.


1941

En este año empezó a circular en Santana El Armisticio en su segunda época y como “Órgano del Centro de Colaboración Pedagógica y Sociedad de Padres, Maestros y Amigos de la Escuela”, siendo su Director Amable Pérez Simancas, a la sazón Director también del susodicho Instituto Educacional.

Con muchas letras adornadas y muy bien impuestas encontramos el título del vocero, más a la izquierda un grabado simbólico: tea, libro abierto y hojas de laurel.

Es un vocero en octavo con cuatro páginas sn pie de imprenta. Los editoriales son una significativa materia de enfoque a los problemas de la docencia en Venezuela. En la primera página publicó también pensamientos de nuestras más acreditadas figuras representativas de las letras.

La sección pedagógica estaba a cargo de Pérez Simancas, pudiendo decirse que verdaderamente es de cabal orientación. Las otras páginas de información, juicios breves y correspondencia. En el número tres, que es el último aparecido leemos la Nómina de los miembros que componen la Sociedad de Padres, Maestros y Amigos de la Escuela.

Aparece en Pampán un periódico religioso dirigido por el Pbro. R. Isaac León, titulado El Amigo del Pueblo.


1942
PRESENTE.-

Un gran semanario fué Presente, nacido al calor político del régimen del doctor Numa Quevedo, a la sazón Presidente del Estado Trujillo. Supo hacerse una definida trayectoria, agrupando en sus páginas las colaboraciones más fehacientes de escritores regionales, nacionales y hasta de más allá de la frontera patria.

Con el lema “actividad, concordia y orden” se inició el 28 de febrero de 1942 en nítida impresión de ocho páginas, en tamaño cuarto, editado en la Imprenta del Estado, bajo la vigilancia de un editor muy versado, José Armenio Núñez, viejo periodista que durante veinticinco años laboró silenciosa, pero fecundamente en Panorama de Maracaibo, el mismo que vimos en 1928 y 1932 en La Voz de Valera, combatiendo con dignidad creadora. En una carta particular este periodista me ha dicho que “me llena de orgullo y me satisface hondamente, más que otra cosa, el haber sido uno de los principales obreros desinteresados de ese semanario “Presente” que, si no ha sido el mejor vocero cultural que han visto las últimas generaciones trujillanas, por lo menos fué un periódico que supo desvincularse rotundamente de una época de turuferarios de la prensa en nuestra región”.

Presente no consignó en sitio alguno de sus páginas la organización directiva y administrativa, pero no es desconocido de nadie que su Director fué el doctor Luis Beltrán Guerrero, a quien cábele también el honor de haber sido uno de los fundadores del Ateneo de Trujillo y de haber forjado y principado las Ediciones Presente, de las que más adelante hablaré.

Muy variadas secciones las de este gran periódico, una y otra vez alternando en el campo político, económico, social, agrícola, jurídico, literario y pedagógico. Entre ellas citamos algunas: Biografías Ejemplares – Temas Jurídicos – Ciudades Nuestras – Escritores Trujillanos de Ayer – Bibliografía – Jóvenes Poetas Trujillanos – Valores Eternos – Educación – Pública – Panorama Internacional – Política Regional – Pensamientos de Bolívar – Crónica de la Conquista – Cátedra Forestal – Preocupaciones Sociales – Valores Trujillanos – El Cuento – Pueblos Trujillanos – Demopedia Regional – Folklore, etc.

La nómina de colaboradores es larga y cabe reseñarla por cuanto muchos son hoy figuras representativas de la Venezuela cultural, unos en el exterior, otros actuando en periódicos capitalinos e interioranos, muchos en la radio, en el comercio, en la cátedra, etc. Dentro de estos está la Generación Presente que tiene el mérito indiscutible de haberse sometido a la técnica modeladora del nuevo periodismo durante los tres años de existencia del vocero. La nómina está mezclada de valores auténticos, veámosla: A. Lomelli Rosario – Américo Briceño Valero – Ángel Domingo Beroes – Alirio J. Lomelli – Aquiles Certad – Alfonso Marín – Antonio Cortés Pérez – Ángel R. Acosta – Antonio Casas Briceño – Antonio José Liendo – Amable Pérez Simancas – Alirio Díaz L. – Arnaldo Paredes – Amador Camejo Hurtado – Amparo Briceño Perozo – Antonio Márquez Salas – Alí Suárez K. – Antonio Felipe Araujo, Arturo Luis Berti – Ana Graciela Lomelli – Ana Teresa García – Ana Mercedes Pérez – Ángel Mancera Galleth – Ana Ciarlo de Ratto – Abilio Espinoza Pérez – Ada Pérez Guevara – Antonio J. Araujo Sáez – Baldomero Álvarez, Pbro. – Blas Fiorito Pifano – Blanca Rosa López – C. Montiel Molero – Carlos Franco – Ciro Sánchez Pacheco – Ciro Emilio López – Carlos Luis González – Consuela Valera Pérez – Carlos Augusto León – Clara Vivas Briceño – Diego Godoy Troconis – Dilia de Veracochea – Domingo Martínez – Enriqueta Arvelo La Riva – E. Álvarez de Lugo – Eusebio Baptista – Edilio J. Rosales – Enrique Castellanos – Enrique Bernardo Núñez – Emilio Fontana – Edda María Arriaga – E. Losada y Corrales – Enrique José Miliani – Emilio Cañizalez Guedes – Edilberto Sánchez – Francisco José Parra – Florenciana Luque Bravo – Francisco Suárez – F. A. Calcaño – Francisco Contreras Díaz – Francisco Cañizalez Verde - Francisco J. Gabaldon – Fernando de los Ríos – Francisco Avilés – Francisco Croce – Fidel de J. Orozco – Francisco Tamayo – F. Domínguez Villegas – Gonzalo Rincón Gutiérrez – Gilberto Antolinez – Gilberto Quevedo Segnini – Guillermo Lobo – Guillermo Morón – Guillermo Garay – Gilberto Mejías Palazzi – G. Bracho Montiel – Graciela Rincón Calcaño – Guido Berti Márquez – Guillermo G. García D. – Hilarón Unda Chuecos – Humberto Rumbos – Hernán Rosales – Hugo Hunda Briceño – Hernán González Vale – Héctor Parra Márquez – Héctor García Chuecos – Héctor Guillermo Villalobos – Hernán de J. Lupi – Hermman Garmendia – Héctor Campins – Héctor Urdaneta Braschi – Héctor Briceño – Humberto Spinetti – Humberto Tejera – Humberto Bartoli – Humberto Rivas Mijares – J. M. Frías Rodríguez – Joaquín Cegarra – Jesús María Losada – José Armenio Núñez – Jesús Araujo – J. F. Márquez Cañizalez – José Rafael Abreu – J. V . Núñez Carrillo – Jaime Enao Jaramillo.
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Rafael Ramón Castellanos

APUNTES SOBRE EL PERIODISMO TRUJILLANO XXXI

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Especial para “El Tiempo” de Valera.-


Por decreto Ejecutivo del 20 de enero de 1928 leemos la creación de la Gaceta Municipal del Distrito Trujillo. Los Artículos 1º y 5º rezan así:

“Artículo 1º.- Se crea un periódico oficial denominado GACETA MUNICIPAL DEL DISTRITO TRUJILLO, en donde se publicarán por Decretos, Ordenanzas y Resoluciones provenientes de los Consejos Municipales y demás actos que se refieren a la Administración interior de los Municipios”.

“Artículo 5º.- Los documentos a que se refiere el artículo 1º, y que aparezcan publicados en la GACETA MUNICIPAL, se considerarán con autenticidad y vigor como espedidos por el Poder Municipal a que corresponden”.

En tamaño cuarto aparecía con seis y ocho páginas, sin pie de imprenta. Ignoramos la razón por la cual el número 9 es de fecha 15 de febrero de 1941, año XIII. En este vemos Sumario: Ordenanza de las Rentas Municipales – Ley de Presupuesto de Rentas y Gastos – CONSEJO MUNICIPAL DEL DISTRITO TRUJILLO.

Periódico fuerte y noble que nació del empeño realmente grande de un tipógrafo y a la vez valioso conductor en las ideas de la docencia, es El Timonero que despertó la atención del pueblo boconés en medio del tormento y la tristeza de 1928 reflejada por los atropellos de las autoridades locales a raíz del golpe revolucionario del General José Rafael Gabaldón, y el cual sería aprovechado por el gomecismo para la siembra trágica.

Félix Berbecí Pérez fué su primer Director, acompañado de Juan José Andueza. La labor inicial estuvo estrechamente coordinada pero azarada por el medio político, y si no se impuso en este año ni en los subsiguientes, sí viene El Timonero a crecer, a empujarse hacia la historia del periodismo grande después de la muerte del General Gómez.

Luchaba “por la instrucción, el comercio y el trabajo” y era semanario. Desde el último acontecimiento aludido acompañó al viejo Berbecí Pérez su hijo Pedro J. Berbecí en la Administración, también acicalado y valeroso fablistan.

No hay un nombre que sea el equivalente a lo que significan esas páginas, abiertas a un horizonte entonces cincelado de penas, que El Timonero ofreció al pueblo boconés para su defensa y para las peticiones encomiásticas. Los editoriales no pueden se más crecientes, tienen por dentro el palpitar colectivo, el sentir nacional, el colorido del paisaje futurista y el temple de la recia personalidad periodística de sus colaboradores y directivos.

Y más de apreciaciones regionalistas o de cauces estrictamente delineados en el prototipo político, El Timonero dió prestigio a lucha por la escuela venezolana. Merecen máximos comentarios los editoriales y artículos de fondo que sobre poemas pedagógicos arrojó.

A más no descuidaron sus directivos las tendencias y el género literario de la época, el cuento ocupa en sus páginas sitio de honor y así e verdad que muchos de estos son de corte netamente romántico, no cabe duda que perfilaron el arte nativista hacia el encuentro más cabal de los nuevos valores.

El Timonero que me ocupa tal vez no sea en sí todo él, puede que haya cosas muy buenas en los números que no conozco, pues es a partir del 343 del 19 de marzo de 1938 cuando saboreamos toda su gran batalla por la ciudad jardín de Venezuela. Lo que anteriormente expuse, desde su fundación, son referencias encontradas en los números que hemos hojeado, o manifiestas en otros órganos de publicidad. Es desde ese 19 de marzo en que nos sentimos más allegados a la hora real del periodismo provinciano notable. Cuando en la Imprenta El Timonero, se editaba mi periódico Luz, en 1947, el maestro Berbecí Pérez – cano y arrugado, con lucidez envidiable y fecunda palabra – conversaba conmigo durante la tarea de imponer e imprimir; sus consejos y sus recuerdos eran y giraban sobre periodismo íntegro, en el combate traslucido; A ese maestro Berbecí Pérez le hicieron un homenaje los compañeros de la docencia, los hombre de otra época. Su nombre es pórtico de luz en uno de los centros de enseñanza boconeses, pero falta el homenaje más conciso que él merece, el de los periodistas; el homenaje que él esculpió con su periódico cuando respondía con sus consignas sociales y su movimiento intelectual a las necesidades y a la angustia del pueblo boconés.

El Timonero apretó en sus páginas, acarició en sus columnas la rebeldía de una generación y el grito incontenible de otra que surgía. Allí vemos los versos de Eusebio Baptista, el bardo popular que le cantó a su pueblo dentro del medio sociológico donde agonizaban los parias, reclutaban a empellones y desaparecían las aspiraciones de los campesinos que hipotecaban sus tierras, sus conucos básicos, para volcarse sobre las ciudades, huyendo del desamparo.

Ignoramos el día en que vió luz El Timonero. El 26 de mayo de 1938 celebró ocho años de interrumpidas labores semanales.- jbdp.


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Rafael Ramón Castellanos

APUNTES SOBRE EL PERIODISMO TRUJILLANO XXX

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Especial para “El Tiempo” de Valera


El 11 de abril de 1923 circuló en Trujillo el primer número de Juventud, periódico ocasional debido a la tesonera labor de un grupo de estudiantes del Colegio Nacional de Trujillo. Es un periódico vivo, palpitante, con todo el amor poético de una juventud rebelde y viril. Fueron Directores – Redactores, R. A. Pérez Arjona y Joaquín Gabaldón Márquez.

En sus páginas aparecieron poemas de José Félix Fonseca, la musa social de Gabaldón Márquez, el romanticismo de E. Álvarez de Lugo, lo histórico en la pluma de R. A. Pérez Arjona, F. Guerrero K. Enrique Gómez Carrillo.

En Juventud hubo mucho seudónimo. De todos hemos llegado a saber que quien escribió con el de KARI KARI fué Fonseca. En el número cinco, del 25 de junio, leemos poemas de Santini Ordóñez, y Pérez Arjona, crítica literaria de Rómulo A. Sánchez y Gabaldón Márquez. Aspecto éste muy satisfactorio y lleno de una violenta interpretación revolucionaria y candente de ciertos libros y ciertos hombres. Conocemos solamente cinco números. Ni sus directivos recuerdan cuántos aparecieron. Aparecía sin pie de imprenta.

Por esta misma época creemos que apareció en los días finales del mes de diciembre la Fortuna, en Carache, pero no hemos corrido con suerte en cuanto a informaciones al respecto.

Más no podemos pasar inadvertidos ante una noticia que transcribimos con la exactitud con que apareció en el semanario Paz y Trabajo, de Trujillo en los últimos meses de 1923: “José Florencio Hernández, el periodista monstruo, gloria legítima de Carache, acaba de sufrir un desgraciado percance tipográfico – carretero, que nuestro colega El Tocuyo relata de la siguiente forma:

“Un percance.- El señor José Florencio Hernández, quien procedente de Quibor se halla en esta población, de paso para Carache, donde reanudará sus tareas periodísticas con su periódico El Interés Público, que hasta ahora venía publicando en la primera de las ciudades nombradas, ha sufrido la pérdida de tipos (25 kilos de peso) que le encomendó a un carretero que se dirigía a esta población y cuyo nombre no recuerda. Sobre el cajón se lee este epitafio: JOSE FLORENCIO HERNANDEZ – TOCUYO – Excítanosla las casas de comercio tocuyanas que tengan carros, hacer el debido registro en sus almacenes a ver si consiguen el preciado parque tipográfico de José Flor”.

El 31 de diciembre circuló en Boconó uno de esos periódicos que tienen a pesar de todo una historia completa en su haber y que no dejan de causar admiración por la caprichosa forma de sus colaboraciones. Se llama El Zurriago, con la particularidad de que fué un “número único”, como está anunciado bajo del mote. Está lleno se siluetas criollas y perfiles, simpáticas críticas y una jocosidad admirable. Estaba dirigido por quien se ocultó bajo el seudo nombre de “Un desocupado”.

Con ocho páginas en formato octavo nació en Boconó el 17 de agosto de 1924 El Álbum, “órgano de intereses generales” dirigido y redactado por Félix Berbecí Pérez, con la singularidad de que las condiciones se las reservaba el Director.

Con muchos seudónimos circularon dos números, siendo el segundo de 6 de septiembre, con las secciones siguientes: Álbum Poético, con colaboraciones breves, una dedicada expresamente al General Juan Vicente Gómez; Álbum Social, con informaciones de la ciudad; Álbum Jurídico, comentarios del caso y Álbum Escolar con el aporte de alumnos de la Escuela de la ciudad.

El Indio Libre apareció en Trujillo en los primeros días del mes de abril de 1925, dirigido y redactado por el bachiller Diego Godoy Troconis y R. Octavio Azuaje y administrado por A. Lomelli Rosario.

El Decembrino de La Quebrada, vió luz en 1925 también como periódico de intereses generales, entamado octavo, cuatro páginas, sin pié de imprenta, Pese al nombre tan político en la hora crucial de la situación venezolana, este vocero, era casi exclusivamente literario, aunque editorializaba a veces sobre el Presidente de la República y sus actos.

La sección poética es elocuente. Allí encontramos versos cariñosos, emotivos, inspirados, de muchos de nuestros valores literarios de ayer y de siempre, y de muchos de los que tuvieron aquella vena poética que se las arrastró al mundo del olvido al ejercicio de las profesiones u otras actividades públicas.

En El Decembrino leemos sonetos puros, sonetos con el alma de nuestro pueblo metida en cada verso de Rafael Ángel Barroeta, A. Lomelli Rosario y Ramón Benítez. Las otras colaboraciones son históricas o en prosa exaltada y poética, como las de Silvia A. Villegas y de un colaborador que se ocultó como J. A. A.-

Las Notas son interesantes, forjadas con soltura, unas de felicitación, otras de información social y algunas de reproche. El último número que conocemos es el 4, del 27 de mayo de 1925. Fue su Director, A. Lomelli Rosario y Administrador, J. Antonio Araujo.

En formato octavo, con cuatro páginas, apareció en Boconó el primer número de El Oriental, órgano de intereses generales, cuyo Director – Redactor era Juan José Andueza y Administrador Rafael D. Hidalgo. Entre sus colaboradores tenemos a R. González S., Francisco Bocaranda. El número 10 es del 10 de diciembre de 1925.- jbdp.

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Rafael Ramón Castellanos

APUNTES SOBRE EL PERIODISMO TRUJILLANO XXIX

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Especial para “El Tiempo” de Valera


Reanudamos nuestras pinceladas sobre el desarrollo de las faenas periodísticas en nuestro Estado.

En el mes de julio de 1922 apareció en Trujillo un periódico denominado HORIZONTE en tamaño octavo con cuatro páginas, dirigido por Joaquín Cegarra y con un lema anotado bajo el mote: “Por la Causa”.

El número dos es del 4 de agosto con muchos poemas de José Félix Fonseca, Juvenal Caferín y Ramón Blanco. Una de sus secciones es “Reporter” con notas muy atractivas, al igual que a otra titulada “A punta de Lápiz”, de crónica.

El 22 de Agosto apareció el tercer número, ya vinculado más de lleno a la actividad política, a la defensa y elogio del magistrado nacional, pero también con poesías, notas de teatro y crónica. Otros colaboradores fueron A. Núñez Cegarra y A. Arvelo Larriva, quienes también frecuentaron con énfasis las musas.

El número inicial de El Terruño de Boconó vió luz el 19 de agosto de este año, como Publicación Mensual – Intereses Generales “Órgano de las Juntas establecidas en esta ciudad con el objetivo de trabajar por la reconstrucción del Templo Parroquial”, no aceptando más colaboración que la exigida. Empezó circulando en cuarto de pliego con cuatro páginas, editado en los talleres de la Imprenta Municipal. Sus colaboradores son siempre cléricos o personas estrechamente vinculadas a la iglesia.

Es muy común en este vocero la inserción de fragmentos tomados de publicaciones periódicas o de obras. El Pbro. José de Jesús Espinoza siempre estuvo presto en la dirección del vocero, con colosales artículos tales como “Diálogos contra el socialismo”, “Contra los escépticos y la enseñanza sin religión”.

La campaña habida en las páginas de El Terruño sobre el matrimonio es elocuente, pues abogan por él como norma de cristiandad y como acatamiento de mandamientos explícitos de nuestra religión católica, apostólica y romana.

Aunque parezca raro, y no sé si es por la costumbre de usar los seudónimos en caso de fuerza mayor, en El Terruño estos son frecuentes.

El Terruño pronto aumentó a seis su número de páginas y es así como lo encontramos en 1925. Un aviso atractivo es este: “OJO; La persona que tenga obras por Emilio Zolá cumple en deber de conciencia y de religión rompiendo tales libros por estar comprendidos en el índice de libros prohibidos y ser completamente inmorales todas las obras de este autor”.

Daba cabida el periódico a los cuadros demostrativos de los ingresos y Egresos habidos en los trabajos de la Iglesia, así como las nóminas de contribuyentes para diferentes obras de caridad.

El cuatro de septiembre apareció en Boconó el primogénito de una publicación intitulada Ecos Franciscanos, dirigida por Félix Berbecí Pérez, quien a la vez era el editor. Surgió como “órgano de la Sociedad de San Francisco de Asís” y se publicaba con la respectiva “censura eclesiástica”, viendo luz los días 4 y 17 de cada mes. Según nuestra colección circularon apenas cinco números, siendo el último el del 28 de abril de 1923, lo cual pone de manifiesto que no cumplieron las condiciones arriba anotadas y aparecidas en todos los números.

También en 1922 apareció en Valera un periódico de circulación ocasional, con el nombre El Ideal, cuyo lema era “velar por los intereses del terruño”, dirigido y redactado por Simón A. Tagliaferro B. Publicaba poesías de bardos trujillanos y reproducciones de famosos liridos internacionales. Los editoriales van directos a la solicitud de mejoras urbanas y erradicación de problemas en la cuidad.

Los avisos tienen como procedencia la capital del Estado y algunos de la ciudad de Valera, así como de la Imprenta El Iris de Pampán, donde se editaba, en tamaño octavo con cuatro páginas. Conocemos hasta el número quince aparecido en enero de 1925.

En la misma ciudad de Valera circuló a finales de 1922 El Mensajero Católico, periódico al servicio de la iglesia, ocasional, aunque era anunciado como “quincenario”.

Todas las manifestaciones católicas de la ciudad tuvieron apoyo en sus páginas, no teniendo colaboradores específicos. Suponemos que era organizado en su talidad por el párroco.

No conocemos los primeros números. En 1925 aparecía aún, en una llamada “nueva época” como órgano de intereses de las Parroquias que forman la Vicaría de Valera, siendo para esta fecha su Director el Pbro. Felipe S. Jiménez, Vicario Foraneo.

El número 30 es del 1º de enero de 1925; el 31 del 15 de enero y el 47 del 10 de diciembre. Entre sus colaboradores notamos al Dr. F. Guerrero F.

El Mensajero Católico publicaba también artículos variados, resúmenes bibliográficos, noticias cortas, el almanaque con relación onomástica, crónicas, variedades literarias, etc.

El Propulsor de Trujillo, es también de 1922, con cuatro páginas en tamaño octavo, dirigido por el doctor Jesús Peña Sánchez y de “intereses generales”. En sus condiciones se explica que saldría cuando pudiera.

Se editaba en la Imprenta El Iris, de Pampán, y circulaba a veces los sábados en la tarde o los lunes en las primeras horas.

Su campaña fué en defensa del régimen imperante y categóricamente hacía demostraciones de alto aprecio para los Gobernantes del Estado y especialmente para “el ilustre Presidente de la República”.

Duró dos años, pues en 1923 circuló varias veces, conociendo nosotros solamente los números correspondientes al 10 de mayo y al 27 de agosto de 1925, respectivamente marcados 25 y 28.-


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Rafael Ramón Castellanos