mayo 02, 2011

APUNTES SOBRE EL PERIODISMO TRUJILLANO XXIX

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Especial para “El Tiempo” de Valera


Reanudamos nuestras pinceladas sobre el desarrollo de las faenas periodísticas en nuestro Estado.

En el mes de julio de 1922 apareció en Trujillo un periódico denominado HORIZONTE en tamaño octavo con cuatro páginas, dirigido por Joaquín Cegarra y con un lema anotado bajo el mote: “Por la Causa”.

El número dos es del 4 de agosto con muchos poemas de José Félix Fonseca, Juvenal Caferín y Ramón Blanco. Una de sus secciones es “Reporter” con notas muy atractivas, al igual que a otra titulada “A punta de Lápiz”, de crónica.

El 22 de Agosto apareció el tercer número, ya vinculado más de lleno a la actividad política, a la defensa y elogio del magistrado nacional, pero también con poesías, notas de teatro y crónica. Otros colaboradores fueron A. Núñez Cegarra y A. Arvelo Larriva, quienes también frecuentaron con énfasis las musas.

El número inicial de El Terruño de Boconó vió luz el 19 de agosto de este año, como Publicación Mensual – Intereses Generales “Órgano de las Juntas establecidas en esta ciudad con el objetivo de trabajar por la reconstrucción del Templo Parroquial”, no aceptando más colaboración que la exigida. Empezó circulando en cuarto de pliego con cuatro páginas, editado en los talleres de la Imprenta Municipal. Sus colaboradores son siempre cléricos o personas estrechamente vinculadas a la iglesia.

Es muy común en este vocero la inserción de fragmentos tomados de publicaciones periódicas o de obras. El Pbro. José de Jesús Espinoza siempre estuvo presto en la dirección del vocero, con colosales artículos tales como “Diálogos contra el socialismo”, “Contra los escépticos y la enseñanza sin religión”.

La campaña habida en las páginas de El Terruño sobre el matrimonio es elocuente, pues abogan por él como norma de cristiandad y como acatamiento de mandamientos explícitos de nuestra religión católica, apostólica y romana.

Aunque parezca raro, y no sé si es por la costumbre de usar los seudónimos en caso de fuerza mayor, en El Terruño estos son frecuentes.

El Terruño pronto aumentó a seis su número de páginas y es así como lo encontramos en 1925. Un aviso atractivo es este: “OJO; La persona que tenga obras por Emilio Zolá cumple en deber de conciencia y de religión rompiendo tales libros por estar comprendidos en el índice de libros prohibidos y ser completamente inmorales todas las obras de este autor”.

Daba cabida el periódico a los cuadros demostrativos de los ingresos y Egresos habidos en los trabajos de la Iglesia, así como las nóminas de contribuyentes para diferentes obras de caridad.

El cuatro de septiembre apareció en Boconó el primogénito de una publicación intitulada Ecos Franciscanos, dirigida por Félix Berbecí Pérez, quien a la vez era el editor. Surgió como “órgano de la Sociedad de San Francisco de Asís” y se publicaba con la respectiva “censura eclesiástica”, viendo luz los días 4 y 17 de cada mes. Según nuestra colección circularon apenas cinco números, siendo el último el del 28 de abril de 1923, lo cual pone de manifiesto que no cumplieron las condiciones arriba anotadas y aparecidas en todos los números.

También en 1922 apareció en Valera un periódico de circulación ocasional, con el nombre El Ideal, cuyo lema era “velar por los intereses del terruño”, dirigido y redactado por Simón A. Tagliaferro B. Publicaba poesías de bardos trujillanos y reproducciones de famosos liridos internacionales. Los editoriales van directos a la solicitud de mejoras urbanas y erradicación de problemas en la cuidad.

Los avisos tienen como procedencia la capital del Estado y algunos de la ciudad de Valera, así como de la Imprenta El Iris de Pampán, donde se editaba, en tamaño octavo con cuatro páginas. Conocemos hasta el número quince aparecido en enero de 1925.

En la misma ciudad de Valera circuló a finales de 1922 El Mensajero Católico, periódico al servicio de la iglesia, ocasional, aunque era anunciado como “quincenario”.

Todas las manifestaciones católicas de la ciudad tuvieron apoyo en sus páginas, no teniendo colaboradores específicos. Suponemos que era organizado en su talidad por el párroco.

No conocemos los primeros números. En 1925 aparecía aún, en una llamada “nueva época” como órgano de intereses de las Parroquias que forman la Vicaría de Valera, siendo para esta fecha su Director el Pbro. Felipe S. Jiménez, Vicario Foraneo.

El número 30 es del 1º de enero de 1925; el 31 del 15 de enero y el 47 del 10 de diciembre. Entre sus colaboradores notamos al Dr. F. Guerrero F.

El Mensajero Católico publicaba también artículos variados, resúmenes bibliográficos, noticias cortas, el almanaque con relación onomástica, crónicas, variedades literarias, etc.

El Propulsor de Trujillo, es también de 1922, con cuatro páginas en tamaño octavo, dirigido por el doctor Jesús Peña Sánchez y de “intereses generales”. En sus condiciones se explica que saldría cuando pudiera.

Se editaba en la Imprenta El Iris, de Pampán, y circulaba a veces los sábados en la tarde o los lunes en las primeras horas.

Su campaña fué en defensa del régimen imperante y categóricamente hacía demostraciones de alto aprecio para los Gobernantes del Estado y especialmente para “el ilustre Presidente de la República”.

Duró dos años, pues en 1923 circuló varias veces, conociendo nosotros solamente los números correspondientes al 10 de mayo y al 27 de agosto de 1925, respectivamente marcados 25 y 28.-


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Rafael Ramón Castellanos

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estimado maestro no sabemos de usted.