marzo 31, 2009

Prólogo a GUZMÁN BLANCO EN LA INTIMIDAD



Cuando Augusto Mijares escribe sobre Antonio Guzmán Blanco, lo califica de "complejo caudillo venezolano", Le provoca reflexiones contradictorias sobre las cuales previene honestamente a sus lectores. Mijares dice: "...a veces lo juzgo gravemente pernicioso como gobernante y hasta repulsivo en su calidad humana, y en otras ocasiones reviven con fuerzas extraordinaria los motivos de admiración que me guiaron por primera veza estudiarlo". Luego señala: "cómo se mezclan en Guzmán Blanco admirables atisbos de estadista con groseras incontinencias de niño malcriado o de hombre primitivo; cómo podía aquel hombre que tenía tanto talento, carácter y ambiciones que merecen respeto, perseguir satisfacciones de codicia y vanidad literalmente grotesca. Tenía dotes personales y escenario para hacer un gran personaje y se conformó con la parodia". En otro escrito, Mijares afirmó que Guzmán fué como un Rey Midas, pero que a diferencia del personaje mitológico, el oro que tocó quedó convertido en oropel.

No se trata de una apreciación falaz y menos de expresiones aventuradas del sociólogo y macizo historiador que fue Augusto Mijares. Por el contrario, son afirmaciones responsables, corroboradas por este trabajo de Rafael Ramón Castellanos, ahora reeditado.

Corroboradas en cuando se refiere a la noble personalidad que también cabía en Guzmán Blanco.

En medio del desconcierto respecto a nuestro personaje, apareció este libro, contribución muy sera a la clarificación del histórico doctor y general, el primero de nuestros gobernantes que conoció a Europa y Norteamérica antes de aduñarse de la Presidencia. Atributo que cobra relieve al advertirse que, cuando triunfa la "Revolución de Abril", Guzmán no tenía cumplidos los cuarenta años de edad. No obstante comenzó a gobernar con plenos poderes, y por mucho tiempo!!!

Rafael Ramón Castellanos acrecienta los motivos para las contradiciones El Gobernante grosero y político incontinente fué un gran padre de familia. Guzmán Blanco en la intimidad complementa y precisa la extensa bibliografía sobre Guzmán. Según Guillermo Morón, esta sigue incompleta no obstante este libro, mencionado por Morón al referirse a los que son fundamentales para conocer quién era y cómo era Antonio Guzmán Blanco. A la mano está igualmente Guzmán, elipse de una ambición de poder, estudio profundo debido al insigne escritor Ramón Díaz Sánchez, quien logró la visión global mejot acabada sobre esta figura republicana, histórica, que gobernará desde 1870, prácticamente hasta el final del siglo XIX.

La historia de esta obra nace con la localización por Rafael Ramón Castellanos en manos de un anticuario caraqueño, de una serie de documentos guzmancistas, entre los que figuraban seiscientas cartas íntimas, las cuales adquirió y procedió a ordenar. Ramón J. Velásquez expresará que tal hallazgo por parte de Castellanos, y el poeterior análisis y publicación de extractos de tan rica documentación, representa una contribución tan importante que, por si sola, justifica las recompensas espirituales tributadas al autor de Guzmán Blanco en la initimidad, meritorio hombre de letras, intelectual y virtuoso creador, investigador, bibliófilo y promotor cultural.

Castellanos presenta a un Ilustre Americano que, juzgado por sus cartas a Ana Teresa Ibarra y Urbaneja, su esposa, luce carente de la reciedumbre y otras condiciones de ánimo requeridas pra luchas como las que libró, valiéndole para alcanzar las glorias militares atesoradas una tras otra a lo largo de su nada piadosa campaña por el poder.

No hay comparación posible entre lo que reflejan las cartas de Guzmán en la intimidad y su conducta política a partir de 1870, cuando pasa a ser la indiscutible primera figura de la política, el líder autodrático y jefe de gobiernos aparatosos y europeistas.

Encontrará el lector -por ejemplo- al Guzmán Blanco hipocondríaco. esta faceta ofrece un mundo de curiosidades no sólo para los estudiantes de las ciencias médicas. En la correspondencia hallamos un cátedra de clínica y terapéutica, dictada nada menos que por el Presidente, como varón y gobernante, la antítesis del Sabio Vargas, Doctor en medicina.

Donde quiera que se encontraba Guzmán poseido de que era capaz de dominar todas las artes imaginables, dictaba sus recomendaciones simultáneamente con la descripción sobre la evolución de los tratamientos que se hacía para sus dolencias, las cuales lo aquejaban, bien estuviera en campaña o durante los amables días palaciegos e incluso los parisienses.

Las cartas a la amada esposa conforman un riquísimo epistolario a través del cual es posible descubrir con cuanta inaudita facilidad se desdobla el personaje eminentemente rudo ante las exigencias del estado, la guerra y la política; tierno como pocos en sus relaciones con los íntimos. Era inmenso el afecto que trasuda, de lo cual dan fé sus expresiones y el tono de las cartas y los comentarios referidos a los padres, su mujer e hijos.

La colección de la oportunidad de conocer varias de las curas que Guzmán se automedica: -"Mucho daño me hizo el sereno de la noche de los grandes fuegos en Valencia", escribió un día el hipocondríaco, comentario al que agregaría: -"La Cataplasma de cacao fué puesta en todo el pecho, la tuve 48 horas y con eso y dos purgantes logré mejorarme...".

-"Muy contento estoy de la mejoría de la boca, sobre todo por haberlo logrado por el tanino y la linaza", comentó al cabo de una descripción sobre algo que durante días le había fastidiado, exigiéndole en plena campaña curas diversas hasta que finalmente el tanino y la linaza lo sanan.

Receta a Ana Teresa, que bien lo conoce y por eso lo consulta. En cierta ocasión le prescribe Guzmán "la Panacea, hasta completar seis botellas..."

En la plenitud del Septenio apunta: -"...de la tos estoy mejor; pero no estaré bueno sino cuando no respire tanto polvo como hay aquí en la estación". Escribía desde Coro.

-"Tu carta de ayer -le decía a Ana Teresa, desde Cúa-, la recibí hoy, casi al bajarme del coche. Te dije en la mía de San Casimiro que yo estaba con irritación en el estómago; amanecí bueno porque me mantuve bebiendo carato de piña... Lo de Bernardo Antonio no es nada. Una simple irritación, como la del otro día. Quizás sea ya tiempo de suspenderle el medicamento definitivamente... Serán dulces lo que llevaré a Bernardo Antonio, porque por aquí no hay mada más adecuado para él...". Lógico es suponernos que los asuntos que atiende el segundo caudillo en la historia de la República, la exigen algo más que dedicación, fuerzas y superior entereza. Esto, sin embargo, no es motivo para dejar de preguntar por la "chiquita enferma".

En alguna oportunidad muestra semejante interés en medio de una carta en la que informa a Ana Teresa lo que acontece en el plani militar: -"Ayer sali- le decía algunos párrafos más adelante, luego del saludo cariñoso y el recuerdo preocupado del padre por la hija quebrantada -el Primer Cuerpo del Ejército, ya retirado, por vía de Barquisimeto; hoy salió el Segundo Cuerpo para la cordillera, por vía Carora; Alcántara está embarcando para Puerto Cabello; mañana sale por la Costa la fuerza de Carabobo, y pasado mañana Mendoza con los Bolívar. Mi esperanza es embarcarme el 22 o 23, con la guardia y la artillería...", informaciones reveladoras de un comprometedor estado de cosas políticas. Son situaciones a pesar de las cuales no obstante planteaba.

-"Al llegar nos iremos al campo y ya verás como (Carlota) va a mejorarse...".

Mientras transcurren las campañas por él jefaturadas, va procurando reunir suficientes regalos que agraden a sus hijos el día que vuelva a Caracas. Cuenta las ocasiones en las que podrá reunirse con su mujer y los niños. Mientras se desarrollan las campañas, con él al frente de las tropas o durante las giras para pacificar o inaugurar obras, sueña con el regreso al hogar para compartir familiarmente las alegrías. No deja de suponerse que los suyos le aguardan. Los escritos epistolares del padre nos hacen pensar que en efecto se le esperaba ansiosamente. No cabe dudar que la relación se desenvolvía en medio del mayor amor y naturalidad. Guzmán es evidente, padecía con las separaciones familiares. Y por si fuera poco, dejaba que las enfermedades, las angustias o cualquier trastorno de sus íntimos, hallara lugar en sus reflexiones, mortificándose. Siempre trataba de responder a este tipo de calamidades, por leves que fueran, con actitudes que se esmeraba resultaran positivas.

En un acampar cualquiera tiene el fino gesto de agradecer a su mujer las peras que le envió, lamentándose que élla no hubiera tomado para sí una de las dos frutas que habian llegado a sus manos. A vuelta de correo le pregunta si acaso las niñas no habían reconocido el fruto, que solían comerlo en Europa.

Valga decir que en la planificación de las campañas y los viajes presidenciales, figuraba la logística para el epistolario íntimo. Guzmán escribía continuamente a su esposa. No dejaba pasar un día sin que, cuando menos una vez, le escribiera. Las cartas se despachaban de inmediato a cargo de un emisario especial. En donde había estación telegráfica le enviaba mensaje complementos a las cartas, no precisamente telegráfica le enviaba mensajes complementos a las cartas, no precisamente telegráfica le enviaba mensajes complementos a las cartas, no precisamente telegráficos. Toda la correspondencia estaba precedida de la sentida expresión "Mi querida Ana Teresa".

Guzmán se había impuesto de las necesidades de sus hijos, no solamente en el aspecto material y moral. Al menos su correspondencia muestra la disposición del padre a intervenir y atender el crecimiento de sus hijos en toda la compleja gama de problemas que las diversas edades van planteándoles.

Desde Montalbán a propósito de Carlota -la mayor de las hijas de los Guzmán -Ibarra-, escribió a Ana Teresa: "Ha entrado ya en un período crítico. A los 7 años experimenta la naturaleza su segunda evolución. Es menos peligrosa que la dentición, pero más radical todavía, y es lo que prepara la organización para la crísis decisiva de la pubertad...".

Ni un sólo día deja de lado el cultivo del amor hacia los hijos. Jamás dejó de enviarles besos..." ...comenzando por el encanto y acabado por el escandaloso".

Curiosamente no se trata de un afecto momentáneo, que podría pensarse en alguna medida se debía a cierta nostalgia. Guzmán Blanco trata de presentir la visión que sus hijos recogerán del envejecimiento de sus padres mientras ellos avanzan desde la niñez y la juventud hacia la adultez. Guzmán Blanco no sólo piensa en que el aclamacionismo que impone en torno a su persona perdurará a través de las generaciones en el ánimo colectivo, en el sentir de las oligarquías que favorece con su acción política.

El culto a su persona no le preocupa sólo en la forma de las estatuas que manda a emplazar en los parques de Caracas. Se transporta al futuro de sus hijos, y trata de simular en la suya, cómo dentro de la mente de éllos se dibujará la figura y la personalidad de Antonio y Ana Teresa. Le inquietan esas posibles imagenes del porvenir; cómo se reflejarán en sus hijos; cómoéllos le verán, transcurrido el tiempo, una vez desaparecidos tan afectuosos padres. Revelador de todo es el siguiente testimonio: -"Vi la fotografía de la estatua (se refiere al movimiento ecuestre en la Plaza del Capitolio de Caracas, en 1875). Está buena para ser estatua. No hay ninguna con un buen parecido. Es de un hombre de edad lo que para la posteridad no será sino muy natural. Por otra parte, si ahora no me parezco, porque estoy más joven, de aquí a algunos años cuando sea viejo me pareceré. Entonces te hago yo la tuya, sin diente, con la tez de marfil y el pelo de plata. Ya verás lo parecido que nos van encontar Carlota, Mercedes, Bernardo Antonio, Andrés Antonio y Ana Teresa y los demás que faltan".

En 1879 Guzmán construye obras que lo presentarán para la posteridad como civilizador. Ya en su tiempo éstas determinaron que mereciera reconocimientos como tal. -Ya tengo en preparación- le dijo a Ana Teresa, que entonces se encontraba en París todos los caminos y casi restablecida la instrucción popular, rehecha la Plaza Bolívar y las calles de Caracas y Valencia, donde también se trabaja en un Capitolio y en colocar los tubos para el agua de la ciudad".

-"Si te dicen que en Barquisimeto me hicieron un tiro, paseando por sus alrededores, no te alarmes, un asesinato es muy difícil y yo vivo muy precavido", dice el hombre pendiente de la posteridad, que no piensa sino en el fin de sus adversarios más jamás en el suyo. Y lo cierto es que Guzmán murió luego de haber vivido bastante, apegado al poder, el cual practicamente ejerció ininterrumpidamente hasta el día de su fallecimiento en París, en 1899 Al testar deja su fortuna a su legítima esposa Ana Teresa, sus hijos, y los que tuviere. Más atrás transcribimos en una carta la obrservación" y los que faltan", luego de enumerar a los seis hijos del matrimonio, fuera del cual no hubo ninguno.

Sin embargo, ya pesar de las precauciones a que se refiere, a Ana Teresa le llegan a París noticias sobre infidelidades del amoroso esposo. Las Infidelidades provocan en 1879 un cruce de cartas, la del Presidente dice así.

-"Mi querida Ana Teresa; ayer y viniendo de Guayabita, recibí tus cartas fechadas el 4 y 5 del corriente (estaba respondiéndole con fecha de 25 Abril).

Las leí tres veces durante el trayecto de La Victoria a Caracas. ¿Por qué no me escribes siempre así?: si le hubieras suprimido tu parte de quejas celosas, tu carta sería una dicha completa. Me quieres con pasión, de otro modo, no sentirías lo que me dices del modo que lo sientes. Y eso me hace tan feliz que no le pido mas nada a la Providencia. Pero abandona esa desconfianza tan funesta. Te estimo inmensamente, pero te amo todavía más. Te amo con inmensa pasión. Mi única vida es quererte, y mi sola aspiración facerte más feliz. Tu no tienes idea de lo que gozo contigo. ¿Cómo se te ocurre que puede nadie darme tu inefable placer? No, por Dios, no te empeñes en hacerte sufrir sin motivos..."

"Guzmán Blanco en la intimidad" es, de comienzo a fín, obra grata y constructiva. Album de efectos debido al magistrado que en el ejercicio omnímodo de su poder recurre a su influencia para que"los hombres públicos no vivan con su hogar incógnito". Ya es hora -decía- de que cambie lo que había sido un estilo de vida en los políticos venezolanos.

"Guzmán Blanco en la intimidad" es una secuencia organizada de testimonios cuya lectura refuerza las impresiones de Augusto Mijares. Ciertamente es difícil estructurar un juicio único e inconmovible respecto al convertido, "discutidor y discutido" Antonio Guzmán Blanco, la confrontación de este Guzmán con aquel otro que sirve de base al juicio hitórico que repetimos desde los mismos días del guzmancismo, podría ser el punto de partida de nuevos estudios que remozarían la visión dejada por el autócrata civilizador y caudillo mas importante después de Páez. Para el análisis esencialmente psíquico del personaje, da pie al contenido de este libro.

Tal y como lo afirmara Ramón J. Velásquez, estos documentos también muestran una visión positiva de la Historia y sus intérpretes. Constituye otra contribución de Castellanos al descubrimiento de las tantas facetas del pensamiento de nuestro siglo XIX, terreno sobre el cual la empresa de descubrir, interpretar y escribir ofrece grandes posibilidades.

Rafael Ramón Castellanos figura precisamente entre quienes mejor vienen ofreciendo su contribución inteligente al descubrimiento y la divulgación de las ideas de los actores de nuestro XIX. Incursionó desde la adolescencia trujillana, en el rastreo documental en función de su primer gran propósito como escritor: la historia del periodismo del estado Trujillo en el siglo pasado, publicada finalmente en 1957. Con posterioridad, resultó Castellanos el autor de un estupendo análisis del periodismo venezolano; de nuestro gran diccionario de seudónimos; de densos ensayos bibliográficos; de Relación de un viajes por tierra de los Cuicas; Por los caminos de mi pueblo; Madre (Antología Poética); La Zarandaló (novela); Páez, peregrino y proscrito; Bolívar crítico de literatura y de Historia; Caracas y el Libertador; Permanencia de Bolívar; una antología del cuento venezolano por cierto libro de consulta obligatoria de acuerdo a una decisión del Ministerio de Educación; de varios trabajos sobre los próceres Pedro Gual, Antonio de la Guerra Montero, rafael Márquez; así como de la historia, de La Sublevación Militar del 7 de Abril de 1928, obra de gran valor para la comprensión de los orígenes del proceso que a partir de 1945 logra renovar la estructura político -militar- administrativa del país.

Su condición de escritor e investigador enriqueció el contenido y los efectos de su actuación diplomática. Su pasión bolivariana, ayudó a irradiar hondamente el mensaje del Libertador. Actualmente es Director de Publicaciones de la Presidencia de la República, cargo desde el cual le ha tocado impulsar un proyecto editorial de vastas dimensiones, contenido y alcance nacional. Es además titular de la Secretaría Ejecutiva de la Fundación para el Rescate del Acervo Documental Venezolano. Desde allí se lleva a cabo la más importante labor de reconstrucción de la memoria del país representada por la inmensa secuencia de documentos y materiales no bibliográficos que permanecen dispersos o en grave peligro de desaparecer, todo lo cual está recuperándose aceleradamente.-

Caracas, abril de 1980

Alfredo Schael
Rafael Ramón Castellanos
GUZMÁN BLANCO EN LA INTIMIDAD
Caracas, 1980
Editorial Seleven