septiembre 29, 2009

LOS QUE SE QUEDARON

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A los primeros los catalogan de aventureros y ambiciosos; arriesgados e inclementes se empeñaron en sembrar las instituciones consagratorias, pero también los vicios foráneos, la inclemencia, la muerte y la organización social, aunque excluyente. Solo así lograron imponer nuevas modalidades a un ambiente ajeno a las innovaciones. Tras de ellos los misioneros de la fe cristiana, algunos piadosos e ilustrados, otros obsesionados por la imposición de las disciplinas éticas a garrotazo vil con exaltada ceguera monopolista del pensamiento y de las ideas. Un poco más tarde las mujeres y los niños a revolverse con las de aquí y con los nacidos mestizos de las mezcla del blanco y de la indígena, que ya traerían los colonizadores la fuerza africana para la esclavitud infamante que daría paso al zambo y al mulato. Aquellos y los que luego irían llegando se quedaron. Sus osamentas sembradas a la saga de los caminos, aunque algunas reposaron en las iglesias que surgían con los nuevos pueblos, ciudades, fortines y fortalezas.

Pasaron siglos y el acontecer universal siguió trayendo rostros nuevos, ideas dinámicas, posturas revolucionarias en las artes, las doctrinas y el pensamiento social Ejemplo: la Sociedad Económica de Amigos del País que para 1829 era un nidal de integración: extranjeros y nativos, todos ya venezolanizados, se empeñan en hacer un diagnóstico de nuestras fallas, problemas y adosamientos y luego recomendar los abrevaderos. La mayoría de los participantes en los años posteriores han sido conducidos hasta aquí a raíz de diferentes sucesos: la caída de la Republica Española y la dramática guerra civil; la segregación en gobiernos totalitarios, la Segunda Guerra Mundial, las tiranías brutales en España y en nuestro continente. Vinieron y sembraron la simiente para no retornar, y aquí están, con los mismos vínculos, pues desde los comienzos, allá en el siglo XVI, la interrelación se fue acrecentando hasta llegar al siglo XXI cuando han recibido carta de ciudadanía venezolana miles de hombres y mujeres de todas las latitudes geográficas que esperaron hasta por más de treinta años.

Antes hubo buen acercamiento entre la cosmogonías indígenas, llenas de lo mágico maravilloso, hasta las concepciones cristianas que no le dieron cabida a los ritos africanos ni a la idolatría del moján y del yerbatero, pero que se empeñaron en lo metafísico y en lo moral; desde las orientaciones que fueron exaltadas por los blancos para despotricar de la magia y de la superstición de los que llegaron esclavos y esclavos se quedaron; sin embargo el gran todo se fue constituyendo con migajas de una y otras cepas medulares y originó un nacionalismo creador y una novedosa participación social: el ideal bolivariano, pues que desde la chamanería y la brujería, desde las profundas meditaciones teológicas y desde la filosofía que cada maestro pregona, hemos llegado a través de muchas épocas y de hombres y mujeres de aquí y de allá, a recoger en crisol de pueblo las bondades de la independencia, el pensamiento de lo autóctono purificado y exaltado hasta llegar a una verdadera justicia popular que nos cobija. En tema tan dilatado pudiéramos hablar de personajes muchos y sin embargo se escapan centenares aún con hechos revelantes; sin embargo tratemos de hacer algunos menciones encomiables.

CULTURA DE IMPRENTA Y LIBROS

En cuanto a la imprenta en Venezuela, la prensa y los libros, así como la venta y distribución de estos, hablemos de los pioneros, de los cuales no hay casi datos biográficos. Fracasada la expedición mirandina de 1806 los irlandeses Mateo Gallanger y Jaime Lamb adquieren en Trinidad la imprenta que el Generalísimo traía y pronto en 1808 circula la Gaceta de Caracas que tendría participación en la nacionalidad hasta 1822. Lamb permaneció en Venezuela pero se ha extraviado su filiación. Entrambos, lo mismo sirvieron a la causa real que a la patriota en estos años de dura crisis política y social.

Pronto apareció el francés Juan Baillio, impresor independentista que sirvió desde 1811 y militó en el ejército de Bolívar siendo unos de los oficiales en la Expedición de Los Cayos. Se dice que murió en el país. Otro francés, Luis Delpech, también tiene figuración en la misma tarea pues aunque era pulpero y tenía tienda o canastilla por 1811, fue socio de aquel. Cierra este ciclo Juan Gutierrez Díaz, español, con sus empeños de librero e impresor entre 1818 y 1821; otro vendedor de libros e impresores Juan Pey quien tuvo un taller tipográfico y es fundador de una de las primeras librerías de Caracas en 1820; Francisco Isnardi, natural de Turín (Italia), periodista, político, comerciante, pensador y filosofo. En 1810 con Andrés Bello planificó la primera revista caraqueña, El Lucero, pero la idea murió muy joven. Los realistas lo apresaron en 1812 y lo remitieron a España, habiendo logrado la libertad ocho años después, mas de su regreso poco se sabe, aunque luego actuó y murió en Venezuela.

La apreciación sobre estos adalides es interesante para la comprensión de los años de afianzamiento de la personalidad nacional y provechoso y útil para el análisis de la producción impresa sobre el pensamiento republicano. Bien lo dice el bibliógrafo Pedro Grases que este aporte.

Bien dice el bibliógrafo Pedro Grases que “muy bien puede considerase como símbolo elocuente del periodo constructivo de Venezuela.” Otro es Antonio Damirón Perayón (Macon, Francia 1794- Caracas 1-4- 1876) quien llegó a nuestra tierra en 1827 y apuntaló lo que sería la litografía al hacer la primera impresión a colores en1830 de la baraja española, con sus cuarentas cartas y en cantidad suficiente para las necesidades del momento.

Damirón fue el editor de la Gaceta de Venezuela de 1832 a 1836 e imprimió en 1839 a colores algunas planchas de los paisajes que elaboró el Barón Gros. George Francisco Devisme, del cual se dice que procedía de Francia, fue tipógrafo y le correspondió editar la Colección de documentos para la vida pública del Libertador (1827-1833) cuyos autores son Cristóbal Mendoza, Francisco Javier Yanes, Diego Bautista Urbaneja y Antonio Leocadio Guzmán; además para la Sociedad Económica de amigos del País imprimió la Memoria de 1831.

Desde 1844 y casi por una década existiría el Gabinete de Lectura,de José Solves (París,1801- Caracas 1856) una institución que repartía premios a los más aplicados en la interpretación de los textos y a los mejores en las tertulias; mientras que Pedro Nuñez de Cáceres, (Santo Domingo 2-4-1800-Caracas 24-2-1860) pasaría a la posteridad por sus libros autobiográficos y entre ellos sus Memorias que Caupolican Ovalles y Ramón J Velásquez publicaron en 1993 y en las cuales se hace una radiografía inclemente de la conmocionada sociedad política de entonces. Le seguiría un español radical, iconoclasta, editor, librero, antologista y político, Evaristo Fombona, (Luanco España, 1817- Caracas, 1885) quien para vivir y conformar su destino intelectual entre nosotros dejó clara herencia a prestigiosos intelectuales; como Alberto Zéreaga Fombona, Jacinto Fombona Pachano y Rufino Blanco Fombona; Félix Rasco posiblemente español, lítografo que mucho tuvo que ver con nuestras primeros sellos postales y con los denominados de “Escuelas”, ideados por Guzmán Blanco para favorecer su programa de educación popular gratuita y obligatoria en 1870, a la par que el alemán Alfred Rothe quien editó muchas obras que las comercializaba en su librería, identificada con el escudo prusiano en la puerta y quien quiso emular con sus ediciones de piezas teatrales, dramas en general, zarzuelas operetas a José María de Rojas, (Santiago de los Caballeros, Rep. Dominicana 24-3-1793- Caracas 8- 10-1855) cuya muerte privó al pueblo trujillano de Betijoque de su primer médico rural y fundador de la Biblioteca Pública, el doctor Arístides Rojas, uno de sus hijos. Llegó en 1822 y ya en 1826 desarrollaba actividades comerciales; dirigió entre 1836 y 1843 y El Liberal en 1855 El Economista. Fundador en 1838 de la empresa Almacen de J. M. de Rojas, con una librería anexa que se transformó con el tiempo en editorial, habiendo sido el gran proveedor en todo el pais de obras didacticas, de narrativa y de ciencias durante cincuenta años.

Después serían noticia el español Fausto Teodoro de Aldrey (La Coruña, 1792- Caracas, 2 -4-1886) fundador de El Porvenir (1864) y del gran diario La Opinión Nacional que se inicia el 14 de noviembre de 1868) y concluye el del 6 de octubre de1892 cuando algunos exaltados entre las fuerzas de La Revolución Legalista, saquean y destruyen todo aquel gran emporio. También dos colombianos participan en la misma edificación intelectual: Ricardo Becerra, (Bogotá 24-10-1836-Puerto España, 4-4-1905), director que fuera de El Federalista, entre 1865 y 1869; venezolano por naturalización en 1868. Escribió las biografías de Francisco de Miranda, Juan Uslar, José Tadeo Monagas y Carlos Soublette pero por sobre todo fúe un furioso polenista. Otro neogranadino de enorme participación es Ananías Cote (Bogota, 1840- Barquisimeto 1917), doctor en Ciencias Políticas y Sociales, maestro de primeras letras, Director de la Escuela Normal de Institutores de Barquisimeto, de 1882 a 1885, autor del Libro de lectura según el sistema de Pestalozzi, para la enseñanza combinada de la lectura, la escritura y el dibujo, editado en la misma ciudad, Tipografía Insausti, 1890.

También fueron representantes del meollo de la cultura a través del libro, la imprenta y la prensa, Manuel N. Dagnino, (Roma, 3-1-1834- Maracaibo 3-4-1901) quien además de medico fué educador, periodista, biógrafo y benefactor de instituciones sociales; el dinamarqués Christian Federico Witzke (Hjortoln 24-4-1856 Caracas-11-1-1921), Director del Museo Nacional en 1906; fundador de la Gaceta de los Museos en 1909; proyectista y primer Director del Museo Bolivariano (1911) cuya edificación sufragó de su propio pecunio. Fué también escritor, periodista, banquero y empresario especialista en líneas ferreas.

Entre otros también el francés José Luis Faure Sabaut (París, 1889- Maracaibo, 1939?) educador, autor de Lecciones de Sistema Métrico Decimal y otros textos que estuvieron vigentes hasta mediados de los años cincuenta.

No podemos dejar a un lado a Eduardo Crema, (Montagna, Padua, 20-12-1892- Caracas- 18- 12- 1974), eminente profesor, escritor, y crítico literario.

Llegó en 1927 y ejerció la docencia en el Instituto Pedagógico Nacional de 1939 a 1965; autor de varios trabajos de vital importancia la historia de las ideas en Venezuela; Agustin Millares Carlo (Las Palmas- Canarias,10-8-1893-Las Palmas,8-2-1980). Vino a Venezuela en 1959 después de veinte años de labor docente en México; fundador del Centro de Investigaciones Humanísticas de la Universidad del Zulia, y dueño de densa bibliografía sobre tema de bibliografía, archivologías y ensayo; Angel Rosenblat (Wengrow-Polonia, 6-12-1902- Caracas, 11-9-1984) filólogo; profesor universitario desde su llegada a Caracas en 1946, fundador de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Venezuela; autor de importantes monografías y, en especial de los volúmenes Buenas y malas palabras.

Cerraremos esta apreciación con dos maestros de profunda; el profesor Pedro Grases (Villafranca de Panandes,-1909-Caracas,- 2004), llegado en 1937 y de inmediato incrustado en el destino literario nacional para compactar con ilustres venezolanos por nacimiento, el poder pedagógico de las obras de Andrés Bello, además de transformase en un guía, tutor, camino y rumbo de varias generaciones. Su aporte bibliográfico es tan denso que sus Obras Completas tienen más de veinte volúmenes. Igual tratamiento merece el también hombre de la docencia Manuel Pérez Vila (Gerona, España, 3-9-1922-Caracas, 8-5-1991), historiador, académico bajo cuya egida como director de la Fundación Boulton se editaron los números del Boletín Histórico, asi como fue el impulsor y director príncipe edición del Diccionario de Historia de Venezuela, de la Fundación Polar (1986).

DE LA GUERRA A LA PAZ Y A LAS LUCES

El procerato en la larga contienda por la independencia comprometió a cientos de extranjeros que se dieron por entero al ideal americanista, más apenas vamos a pasearnos por escuetas citas de Francisco Javier Yánes (Puerto Príncipe –hoy Camguey- Cuba, 12-5-1777 – Caracas,17-6-1842), militar, abogado, historiador y periodista. Se vinculó en 1811 al movimiento libertario y asumió posiciones en El Publicista. Coautor de la Colección de documentos relativos a la vida pública del Libertador (1827-1833) y autor del Manual político del venezolano (1840) y del Compendio de historia de Venezuela (1840-1842). Otro es el general de brigada Daniel Florencio O’Leary (Cork, Irlanda, 1801-Bogotá.24-2-1854), héroe de muchas batallas, compañero de Bolívar y gran archivero de la libertad, pues recogió miles de documentos y dio origen a las Memorias de O’Leary, crisol imprescindible para conocernos, editadas en 34 tomos. Uno más: el coronel Agustín Codazzi (Lugo, Italia, 12-7-1793- Espíritu Santo, Colombia, 7-2-1859) a quien debemos el primer Atlas Geográfico del país, la mejor Geografía de Venezuela de todos los tiempos, que luego a más de cien años compulsada y actualizada por otro paladín, el profesor Pablo Vila (Sabadell, España,26-6-1881- Barcelona España, 15-8-1980), y emparejada después por su hijo Marcos Aurelio Vila (Barcelona, España 1908- Caracas,2001) y más recientemente por el también geógrafo Pedro Cunil Grau (Santiago de Chile, 1935-venezolano en hermanda creativa).

El general Carlos Luis Castelli (San Sebastiano pó, Turín, Italia, 18-12-1790- Caracas, 8-2-1860), prócer también. Ministro de Guerra y Marina en 1848, Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Venezuela en la Nueva Granada en 1855. Nuevamente Ministro del mismo Despacho en 1858 es sustituido por el también prócer de la guerra magna, el general de brigada Carlos N. Minchín (Dublín, Irlanda,9-2-1797- Caracas,3-6-1879).

Otros, entre muchos con tarea fundamental en el período de consolidación de la republica son el coronel Vicente Campo Elías (Villa de Soto, España,1772-San Mateo, Aragua, 17-3-1814); capitán de navío Renato Beluche (Nueva Orleáns, Estados Unidos, 28-12-1783-Puerto Cabello, Carabobo, 4-10-1860). Segundo del almirante Luis Brión en la Expedición de los Cayos consolidó mando y poder navales años después; comandante Raimundo Rendon Sarmiento, (Santo Domingo, Rep. Dominicana, 31-3-1788- Caracas, 10-8-1863), ante es el calígrafo del Acta de la Independencia y luego en campaña con el Libertador en varias oportunidades; coronel Guillermo Smith (Edimburgo, Inglaterra, 1794- Caracas, 11-4-1857), Tesorero de Ejército y Hacienda en 1827, Ministro de Guerra y Marina en 1837 y de Hacienda y Relaciones Exteriores en 1839; capitán de navío Juan Daniel Daniels (Baltimore, USA, 1786) actuó desde 1818 y continuó en la Armada durante muchos años; coronel Manuel Antonio López (Popayán, Nueva Granada, 2-7-1803- Bogota, 11-8-1891) residió, contrajo matrimonio e hizo obra histórica en Tocuyo de la Costa y San Felipe 1834 a 1841, autor de Las Tardes de un Panteón y de una obra fundamental Campaña del Perú por el ejercito libertador de Colombia, publicado en Caracas en 1843; coronel Manuel Echeandía (Guaranda, Ecuador, 20-4-1783-Caracas, 1-4-1850) Reglamentador de aduanas, Ministro de Hacienda y de Relaciones Exteriores en el gobierno del general Carlos Soublette (1837); capitán de navío Francisco Hernáiz (Puerto Rico, 4-10-1797 Caracas, 23-2-1886), sirvió el Ministerio de Guerra y Marina varias veces; general Antonio Valero Bernabé (Fajardo, puerto Rico, 26-10-1790- Río Negro?, Colombia, 7-6-1863), de los sitiadores de El Callao (1825), Ministro de Guerra y Marina de Páez en 1830, pero renuncio inmediatamente y se fue al exilio porque el Congreso de Valencia decreto medidas de excepción contra el Libertador; coronel Manuel Ruiz (Valladolid, España, 1763- Caracas, 30-8-1834), llegó a nuestras costas en 1799 y participó en la lucha por la soberanía y la independencia. Cerramos el episodio con el general Victor Barret de Nazaríos (Isla de Guadalupe, posesión francesa, 1799- Santa Cruz de Aragua, 3-1-1891) congresista, escritor, periodista, secretario de la Presidencia del general Joaquín Crespo (1884-1886) y luego Ministro de Interior y Justicia en el bienio guzmancista (1887-1888).

LOS CIENTIFICOS Y LOS FILOSOFOS.

Fray Alonso de Briceño (Santiago de Chile, 1587- Trujillo, 15-11-1668) fue décimo obispo de Venezuela, lo cual ya es interesante, pero el teólogo, el escritor y el filosofo traspasaron las fronteras continentales y fue calificado como el segundo Scoto o sea un Máximo Maestro, autor de las Diputaciones Metafísicas, texto aun hoy en las escuelas de lógica y pensamiento filosofal. Anotó y corrigió la monumental obra Política Indiana de Juan de Solórzano y Pereira, el libro más completo al respecto y dejó en Trujillo una buena biblioteca, no tan importante como la que en Caracas tuvo y legó a la cultura nacional el también Obispo de Venezuela Fray Antonio González de Acuña (Lima, 8-6-1620- Trujillo, 22-2-1682), también filósofo, teólogo, y educador.

No podemos dejar a un lado a otro prelado, el Obispo Mariano Martí (Bráfil, España, 14-12-1721- Caracas, 10-2-1792). amante de las letras nos legó la Memoria de su larga visita pastoral alrededor de toda la Diócesis celebrada entre 1771 y 1784, además de haber dejado su residencia como un monumento a la posteridad, pero que con el tiempo transformada en la tenebrosa Cárcel del Obispo, por allá por El Guarataro Arriba. Vendrían después Adolfo Ernst (Silecia, Alemania, 6-10-1832- Caracas 12-8-1899), doctor en filosofía, científico, organizador de la Gran Exposición Nacional del Centenario del Libertador (1883); Director de la Biblioteca de la Universidad Central y uno de los fundadores de la Escuela Positivista. Su Obras Completas en diez volúmenes son un monumento a la cultura. Otros serian el eminente Juan David García Bacca (Pamplona, España, 26-5-1901-Quito, 6-8-1992). Profesor de filosofía en la UCV y en el instituto Pedagógico, fundador del Instituto de Filosofía y traductor de las obras completas de Platón en una de las versiones más admiradas en el universo; el padre Ignacio Burg (Nuremberg, Alemania, 24-1-1905- Caracas, 2-7-1984), sacerdote, filosofo, psicólogo, y analista y difusor del pensamiento de Santo Tomás de Aquino y Copérnico; Manuel García Pelayo (Corrales del Vino, España, 13-5-1909- Caracas, 25-2-1991), doctor en ciencias jurídicas, especialista en política y derecho internacional, filosofo, docente universitario, fundador del Instituto de Estudios Políticos y Administrativos de la UCV y Juan Nuño (Madrid, 27-3-1927- Caracas, 3-5-1995) ensayista, profesor universitario, doctor en filosofía de nuestra Alma Mater y de La Sorbona, Director del Instituto de Filosofía y notable conferencista.

MEDICINA, COLONIZACION, INDIGENISMO

Alexander N. Benitz (Endingen, Alemania, 19-11-1813- Colonia Tovar, Aragua, 15-11-1865. Organizador del grupo fundador de este pueblo constituido en 1843 por 358 agricultores y artesanos, grabador para el Atlas de Codazzi; Cesareo de Armellada o fray Jesús Maria García Gómez (Armellada, España, 1-2-1908- Caracas, 10-10-1996) llego a Venezuela en 1933 consagrándose al estudio de nuestra familia indígena; Jaime Suriá (San Salvador de Gunyoles, España, 1882- Caracas, 23-5-1975), sacerdote que vino en 1915 y se especializó en la organización y funcionamiento del Archivo Arquidiocesano de Caracas; Johann G. Siegert (Grosswalditz, Alemania, 22-11-1796- Ciudad Bolivar, 13-9-1870), médico, cirujano del ejército patriota en 1819, descubrió y patentizó el Amargo de Angostura; Henry F. Pittier (Bex, Suiza, 13-8-1857- Caracas, 17-1-1950), conservacionista, botánico, creador y organizador del Parque Nacional que lleva su nombre; autor del Manual de plantas usuales; Williams Henry Phelps (Nueva York, 14-6-1875-Caracas, 1-12-1965), fundador de la primera emisora de radio del país, coleccionista y estudioso de nuestra aves y mariposas; Juan Antonio Perdomo (Guarachico, Canarias, 15-9-1737- Puerto de la Cruz, Canarias, 12-1-1800), médico y libre pensador reconocido, quien aplicó aquí la vacuna antivariólica; perseguido por el Tribunal de la Santa Inquisición, residente en La Victoria donde ejercio su apostolado; Joaquín Esteva Parra (Santiago de Cuba, 3-4-1830- 28-4-1905), cirujano, que utilizo el cloroformo como anestesico, Rector del Colegio Federal del Zulia de 1869 a 1870 y, por ahora, porque el listado es grande, la mención de los científicos, médicos y naturalistas Eugenio P. de Bellard Maldonado, León N. Croizat, Lorenzo Campins y Ballester, fundador de la enseñanza médica en Venezuela, Pierre G. Bourgoin, Luis Daniel Beauphertuy y paremos, porque, son muchísimos los que quedan pendientes del recuerdo.
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Rafael Ramón Castellanos
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