julio 27, 2010

DIEZ GRANDES LIBROS VENEZOLANOS DEL PERIODO 1941-2001

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Seis decenas de años bien complejos, 1941-2001. La segunda guerra mundial, la bomba atómica contra los japoneses, la llegada al poder de Fidel Castro, el asesinato de Kennedy, la caída del muro de Berlín y la desintegración del universo soviético; en Venezuela el zarpazo golpista del 18 de octubre de 1945, ascenso y caída de Gallegos, asesinato de Delgado Chalbaud, dictadura, inmigración positiva, 23 de enero de 1958, guerrillas ocho quinquenios tradicionales que se degradaron hacia la corrupción y un inédito y espectacular proceso revolucionario que ha hecho mucho pero sin deprimir algunos de los más enquistados vicios del sistema anterior, en toda esta intríngulis el factor energético u oro negro en lo bueno y en lo perverso, pero al lado, en otro ángulo veamos una correlación de testimonios escritos que en buena entrelazan objetividades.

Dos eruditos periodistas especializados en la sociología y la historia, Luis Herrera Campins y Jesús Sanoja Hernández; un académico y biógrafo trascendente, Tomás Polanco Alcántara; tres individuos de número de la Academia Venezolana de la Lengua, Alexis Márquez Rodríguez, Efraín Subero y Mario Torrealba Lossi; un crítico y periodista, Earle Herrera; un editor de larga actuación, José Agustín Cátala y dos libreros Raúl Bethencourt y Rafael Ramón Castellanos llenaron el reportaje de Omar Pérez (OPA) en el suplemento extraordinario de este diario el año pasado. Se trata de las diez obras más influyentes en el período comprendido entre 1941 y 2001. Los resultados fueron ponderados y realistas. Los autores más citados fueron Mariano Picón Salas 7 veces, Rómulo Betancourt 6, Vicente Gerbasi 6, Ramón J. Velásquez 5, Mario Briceño Iragorry, Miguel Otero Silva, Arturo Uslar Pietri, Ramón Díaz Sánchez y Rómulo Gallegos en 4 oportunidades cada uno y 3 menciones para Augusto Mijares, Teodoro Petkoff y Rafael Cadenas.

Los diez libros, a juicio de los entrevistados, que compendian una respuesta de influyente concepción pedagógica y popular son Venezuela Política y Petróleo, de Rómulo Betancourt 6 votos; Mi padre el inmigrante, de Vicente Gerbasi, 4, Mensaje sin destino de Mario Briceño Iragorry, Los cuadernos del destierro de Rafael Cadenas, Guzmán elipse de una ambición de poder de Ramón Díaz Sánchez, Casas muertas de Miguel Otero Silva, Checoslovaquia, el socialismo como problema, de Teodoro Petkoff, Buenas y malas palabras de Ángel Rosemblat y La caída del liberalismo amarillo de Ramón J. Velásquez, todos y cada uno con 3 señalamientos.

Con dos votos Giraluna de Andrés Eloy Blanco, Los pequeños seres de Salvador Garmendia, Hacia la democracia de Carlos Irazabal, Lo afirmativo venezolano de Augusto Mijares, Suma de Venezuela de Mariano Picón Salas y Confidencias imaginarias de Ramón J. Velásquez.

Fueron mencionados en total setenta nombres y la inclinación por varias obras de un mismo autor, es concluyente: Picón Salas 7, Betancourt y Gerbasi 6, Ramón J. Velasquez 5, Briceño Iragorry, Otero Silva, Uslar Pietri, Díaz Sánchez y Gallegos 4 y con 3 Teodoro Petkoff y Rafael Cadenas.

Votaron por la obra de Rómulo Betancourt, Venezuela Política y Petróleo, Herrera Campins, Catalá, Raúl Bethencourt, Polanco Alcántara, Earle Herrera y Rafael Ramón Castellanos y por Mi padre el inmigrante, de Gerbasi, Márquez Rodríguez, Sanoja Hernández, Herrera Campins y Polanco Alcántara.

Con una cita entre otros títulos, Se llamaba S.N., José Vicente Abreu; Florentino y el diablo Alberto Arvelo Torrealba; El regente Heredia, Mario Briceño Iragorry; Rajatabla, Luis Brito García; Crisis de Venezuela contemporánea; Manuel Caballero; La ciudad y su música, José Antonio Calcaño; Libro negro de la dictadura (Venezuela bajo el signo del terror), José Agustín Catalá, Geografía del doblamiento venezolano del siglo XIX, Pedro Cunil Grau; Cantaclaro, Rómulo Gallegos; La tuna de oro, Julio Garmendia; País Portátil, Adriano González León; Perpetua heredad, Luis Beltrán Guerrero; Los amos del Valle, Francisco Herrera Luque; Edad de la esperanza, José Ramón Medina; El Libertador, Augusto Mijares; Humor y amor, Aquiles Nazoa; La ciudad de los techos rojos, Enrique Bernardo Núñez; Cuando quiero llorar no lloro, Miguel Otero Silva; El corcel de las crines albas, Lucila Palacios; Esta tierra de gracia, Isaac Pardo; Ifigenia, Teresa de la Parra; Hundiéndonos en el excremento del diablo, Juan Pablo Pérez Alfonso; De la conquista a la independencia, Los días de Cipriano Castro, Pedro Claver el santo de los esclavos, y Regreso de tres mundos, Mariano Picón Salas; Cuentos grotescos y Memorias de un venezolano de la revolución, Ludovico Silva; La formación de un pueblo venezolano, Carlos Siso, Hombres y letras de Venezuela, Uslar Pietri, La rebelión popular de 1814, Juan Uslar Pietri, Cesarismo democrático, Laureano Vallenilla Lanz y Escrito de memoria, Laureano Vallenilla Lanz, hijo.

Nos demuestra esta radiografía de la temática venezolana entre 1941 y 2001 que Venezuela Política y Petróleo de Betancourt logra la máxima figuración y los otros cuatro venezolanos de profunda pedagogía humanística y política, alrededor de la obra en conjunto de cada uno de ellos fueron Picón Salas, el más logrado ensayista de todos los tiempos, y Vicente Gerbasi, el poeta por excelencia, Ramón J. Velásquez, historiador de notoria facilidad narrativa y Mario Briceño Iragorry, indiscutible maestro para cultivar el nacionalismo creador y la fecundidad vernácula de lo venezolano amasado con la caracterología española.
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Rafael Ramón Castellanos
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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi estimado doctor:

Espero se encuentre de muy buen ánimo para desarrollar una nueva aventura bibliográfica.
Es muy probable que para 1927 haya habido un libraco como el que usted me mencionó sobre "El Voto de Adhesión" y haciendo memoria yo le había indicado que en 1913 había aparecido este, no he hecho sino consultar mi memoria y corrijo, fue en 1909 y su título es "El Voto de los Venezolanos" tal vez adulatorios a Gomez hubo dos bien gruesos y probablemente ¿No existió un libro sobre la Rehabilitación o adulatorio al Gobierno de Cipriano Castro hacia 1906?¿Acaso Landaeta Rosales no participó en la recopilación de alguno y la acotación aparece en su bibliografía? y como estoy seguro de no haber visto libros especiales sino en su negocio en los últimos tres meses, estoy seguro de que estos y otros que se nos escapan de la memoria reposan en algún anaquel de su Pulpería.
Lamento ser novato pulpero pero espero pueda leer esta nota mía.

¡Que siga bien! y nos vemos compartiendo.

Un Abrazo,

A.R.A

Anónimo dijo...

¡Salud!